Todo ello a pesar de los flojos resultados del primer trimestre en beneficios. El mercado, sin embargo, ha preferido quedarse con las positivas perspectivas en cuanto a pedidos que llevaron al grupo a confirmar sus objetivos para el conjunto del ejercicio.
Una situación que podría cambiar después de que IAG haya cancelado recientemente las negociaciones para la adquisición de nuevos aviones Airbus A380
El consorcio que agrupa a las aerolíneas British Airways, Iberia, Aer Lingus y Vueling, pretendía aumentar su flota de doce a más aviones de estos aparatos en los próximos años, para lograr solventar el aumento de pasajeros en su centro de conexiones en el Aeropuerto Internacional de Heathrow.
Esta suspensión se debería según fuentes cercanas a la compañía, al alto precio de estos aviones, que rondaría los 446 millones de dólares. En este sentido, IAG estaría en conversaciones con la estadounidense Boeing para realizar un pedido de aviones de fuselaje ancho.
Un paso atrás para Airbus que podría volver a poner en entredicho la viabilidad del A380 que tras más de dos años sin pedidos solo ha logrado vender a Emirates una veintena de estos aparatos, más un derecho de compra de otros 16.
Para el constructor europeo, este pedido significaría mantener la tasa de producción en seis aviones al año a partir del próximo 2019. Por este motivo, los mercados esperan que Airbus renegocie los precios de su superjumbo con IAG con el fin de demostrar que el A380, a pesar de ser un avión adelantado a las necesidades de la época, tiene sentido en el mercado actual con mayor densidad de pasajeros.
Pese a este contratiempo, las acciones de Airbus se mantienen en zona de máximos absolutos con una revalorización en el año de cerca del 20% y con un perfil netamente alcista impulsado por la recuperación general experimentada por el sector aéreo en los últimos meses.