Inditex vive a golpe de grandes cifras. Es un hecho que se ha consumado desde siempre al situarse como el número uno de las textiles del mundo. Tanto es así que los inversores le otorgaron un crédito desmesurado llevando a sus títulos a cotizar en los mercados a unas valoraciones por encima de su análisis fundamental. Una sobrevaloración que más pronto que tarde terminó estallando cuando sus números no podían justificar los precios en Bolsa.
Por eso, en los últimos doce meses el valor ha descendido más de un 20% en el parqué madrileño llegando a perder más de 20.000 millones de euros de capitalización. Sangría que fue ajustándose a medida que el índice de referencia recuperaba el terreno perdido con un clima más despejado en el ámbito europeo, pero que volvió a la senda del escepticismo a raíz de la inestabilidad política en Italia.
Este escenario lo que ha terminado por provocar es que las posiciones cortas, los inversores que especulan a la baja, hayan entrado con más fuerza que nunca en el grupo fundado por Amancio Ortega. Y es que, pese a que los bajistas han reducido su exposición a la amplia mayoría de las empresas españolas cotizadas en el Ibex 35, según los datos publicados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), no ha sido así en el caso de Inditex, que se encuentra ante su nivel más alto jamás visto.
Los llamados “cortos”, los que apuestan a la baja por un valor en el que entran, han aumentado hasta el 0,90% desde el 0,68% anterior que quedó registrado en los datos anteriores del regulador. Se trata del mayor porcentaje en la historia de la compañía que, por otro lado, ya alcanzó esa cota el 30 de marzo de este mismo ejercicio.
Fuentes del mercado consultadas explican que este nivel de especulación dentro del capital de la firma textil tiene que ver con el “entorno de una mayor incertidumbre que se ha vuelto a ver en Europa” y en cómo afectan las divisas -en su mayoría con más depreciación con respecto a la moneda única- “a las cuentas de la compañía al ser principalmente un negocio exportador”. Las dudas, por tanto, se hacen cada vez más grandes.
El euro se erige como la principal preocupación
Así pues, la persistente apreciación del Euro frente a la gran mayoría de divisas seguirá teniendo un impacto muy negativo en el crecimiento de la segunda mayor empresa por capitalización de la bolsa española. Siguiendo este hilo, el consenso de mercado espera un crecimiento de sus ingresos en cuanto a un 4% o 5%, teniendo en cuenta una evolución más positiva de las ventas comparables.
Sin embargo, el fuerte impacto llega por el mercado de divisas, que podría mermar en torno a un 4,5% sus números, afectando principalmente los resultados de su primer trimestre fiscal. Por otro lado, los focos siguen puestos en cuanto a su margen bruto (después de la caída que sufrió en el cuarto trimestre del pasado ejercicio), que se estima que se contraiga otro 0,6%. En la misma línea.
Esto último estaría sustentado en el impacto del dólar en los aprovisionamientos y que los gastos operativos crezcan levemente por encima de los ingresos, cerca del 5%, llevando al EBITDA a ceder sobre el 1%. Por consiguiente, las ganancias netas descenderían sobre el 2% teniendo en cuenta una tasa fiscal 22,5%, similar a la del primer trimestre del 2017. Así las cosas, su futuro sigue siendo bastante gris.