Las empresas españolas ligadas al sector también empiezan a sufrir esta situación pues la pérdida de competitividad de la industria ha extendido el temor a una caída en sus pedidos. Un buen ejemplo lo representa Cie Automotive, compañía que ha perdido más de un 15% de su valor en menos de dos semanas.
Los máximos responsables de la compañía, sin embargo, creen que la negativa reacción del mercado sobe sus acciones –tras el reciente “profit warning” lanzado por el gigante automovilístico Daimler– ha sido tan exagerada como injustificada.
Al respecto recuerdan los acuerdos de blindaje que suelen existir con los suministradores para evitar vaivenes en los precios de las materias primas, así como la creciente presencia internacional de la industria, con fábricas locales, que ayudará a reducir los riesgos arancelarios.
Señalan además que las cifras del grupo industrial son excelentes. Tras comenzar hace 23 años como una pequeña firma del sector ha pasado a tener una dimensión global con cerca de 100 fábricas repartidas en todo el mundo.
Eso le ha llevado a cerrar el primer trimestre de este año con un beneficio del 66,1 millones de euros con un Ebitda de 151,4 millones de euros y una facturación de 1.046 millones de euros. Y con una deuda relativamente bajo control, ligeramente por encima de los 900 millones de euros. En la actualidad trabaja para casi todas las grandes automovilísticas como Ford, General Motors, Renault, Volkswagen, Nissan y Daimler, cuyo “profit warning” ha puesto en entredicho su valor en Bolsa.
Todo ello, sin embargo, no acaba de convencer a los operadores, pues una cosa son los acuerdos para evitar cambios en los precios y otra cosa es que la caída de la demanda de los vehículos de la gran industria traiga consigo un lógico descenso en los pedidos de componentes. Y no parece tan fácil como dicen que se pueda trasladar la producción de la noche a la mañana a los distintos países afectados para evitar los aranceles, ni que la presencia de Cie Automotive en los principales mercados mundiales vaya a librarle de los problemas de las automovilísticas a las que provee.
Sobre la acción del grupo está pesando además una lógica retirada de beneficios tras el rally alcista previo a su incorporación al Ibex 35 a mediados de junio en sustitución de Abertis. Eso le llevó a registrar revalorizaciones anuales cercanas al 50% en el año para marcar sus máximos absolutos cerca de los 36 euros.
Un récord alcanzado además después de una espectacular tendencia alcista desarrollada desde 2013, período en el que, según Infobolsa, ha llegado a multiplicar por más de siete su valor.
Pese a que la corrección entra dentro de lo normal, señalan los analistas técnicos, lo cierto es que el ajuste ha sido tan intenso como para romper su principal línea de soporte en torno a los 30 euros que de no recuperar en el muy corto plazo puede comprometer seriamente su perfil.
Tanto es así que, en las actuales condiciones del mercado, los expertos se decantan más por nuevos descensos hacia la cota de los 28 euros, lo que supondría un ajuste adicional de cerca del 7%.