Su cotización llevaba desde el 16 de marzo bloqueadas en 0,010 euros por acción, el menor precio permitido del mercado, después de caer un 42%. Un bloqueo que tenía y tiene en alerta a la CNMV que ha estado presionando al grupo audiovisual para que acometa un “contrasplit”, es decir elevar su precio a cambio de reducir el número de acciones, con el fin de acabar con este colapso técnico.
Una operación contraria a los intereses de la compañía en estos momentos, pues en las condiciones en las que se encuentra lo más probable es que la presión de los especuladores volviera a derribar su precio hacia esos niveles mínimos.
Ahora, con la posibilidad de la llegada de un nuevo socio que ayude a continuar la labor iniciada por Squirrel Capital, –que hace año y medio acudió al rescate de Vértice 360 al sacarla del concurso de acreedores en la que llegó a estar inmersa durante cuatro años–, las acciones han logrado reaccionar tímidamente en precio y abre las puertas a la posible operación de “contrasplit”.
Una vez enfilado el saneamiento de sus cuentas, Vértice se encuentra en negociaciones para formalizar también operaciones de integración de entidades del sector audiovisual para garantizar su viabilidad. Dichas operaciones, se producirán, en su caso, a cambio de la entrega de acciones que integran la autocartera, si bien ha de precisarse al respecto que, a día de la fecha, Vértice no ha incrementado la autocartera preexistente.
Aunque todavía no ha cerrado de forma formal ninguna de las conversaciones entabladas, los operadores esperan que alguna de ellas se concrete en breve, dando paso a un inversor de primer nivel que permita cumplir los objetivos de crecimiento en los próximos meses. Eso le daría un pequeño respiro a la cotización para salir de la UVI.