El viernes pasado, la publicación francesa Challenges informaba de las intenciones del consorcio aeronáutico europeo de reunirse esta misma semana con los sindicatos de la compañía para negociar el traslado o la eliminación de unos 3.600 puestos de trabajo. Una drástica medida destinada a paliar la caída de los pedidos de sus principales aviones el A380 y el A400M.
El equipo gestor ha “lamentado profundamente” que el proceso se haya visto perturbado por las filtraciones y se ha negado a realizar comentarios sobre la cifra total de trabajadores afectados hasta después de la reunión con los representantes de los trabajadores prevista para mañana miércoles.
Entre los operadores ha crecido el temor ahora de que estas negociaciones puedan provocar tanto conflictos laborales que interrumpan la buena marcha del grupo en los últimos años como una pérdida de confianza por parte del mercado cuando mejor estaba el grupo.
Las acciones de Airbus marcaron máximos absolutos a finales del pasado mes de febrero muy cerca de los 100 euros por acción después de revalorizarse más del 40% en los últimos seis meses. Solo en lo que va de año, el consorcio acumula una subida superior a los dos dígitos incluso a pesar del duro ajuste sufrido con los rumores previos a las negociaciones con los sindicatos.
Los expertos técnicos destacan que el valor parece encontrar un sólido soporte sobre la zona de los 93 euros por título. Mientras no existan acontecimientos externos que puedan influir cabe esperar por tanto un posible rebote para intentar atacar de nuevo sus máximos.
Los inversores, sin embargo, deben estar atentos a la ruptura de esos niveles de suelo, pues podría abrirse un hueco importante de caída hacia sus siguientes soportes relevantes en torno a los 89 euros o incluso hasta los 82 euros en el peor de los casos.