El beneficio neto del gestor aeroportuario al cierre de 2017 se ha elevado hasta los 1.232 millones de euros, con un crecimiento del 5,8% respecto año anterior. Una cifra que supera todas las de los ejercicios precedentes gracias a la fortaleza mostrada por el turismo España.
Como consecuencia, el consejo de administración de la compañía ha acordado proponer a la junta de accionistas el pago de un dividendo de 6,5 euros por acción, lo que supone un “payout” del 80% del beneficio.
La positiva evolución de las cuentas y la retribución al accionista han atraído la atención de los analistas de Deutsche Bank. La firma de inversión alemana ha mejorado su recomendación sobre el valor de mantener a comprar tras elevar su estimación objetiva del grupo de 170 a 190 euros. Este nuevo precio de referencia supone un potencial de revalorización de más del 10% desde su actual cotización de mercado.
En esta mejora ha tenido mucho que ver la propuesta de retribución al accionista, pues ha llevado a estos expertos a cambiar su visión respecto a la ineficiente estructura de capital fijada en sus anteriores valoraciones. De hecho, la firma de inversión del banco alemán ha incluido a Aena en su lista de valores favoritos dentro del sector de infraestructuras.
Este giro de perspectiva, de momento, no está siendo acompañado por el resto de operadores. Según el consenso de Reuters de los 24 brókeres que siguen la compañía, solo siete recomiendan comprar, 11 apuestan por mantener y los otros seis restantes aconsejan vender.
El precio objetivo medio de todos ellos se sitúa sobre los 170 euros en línea con su actual valoración del mercado, lo que justificaría el estancamiento del valor en este comienzo de ejercicio. De momento, el valor presenta una ligera caída respecto al precio de principios del ejercicio después de ser uno de los valores destacados del selectivo el año pasado, con un alza del 25%.
Desde el punto de vista técnico, el valor ofrece muchas dudas. La reciente pérdida del soporte que tenía en torno a los 170 euros ha abierto una brecha que debería cerrar sobre los 165 euros para continuar el rebote iniciado en febrero.
Este nivel ofrece una buena oportunidad de compra de cara a la recuperación de sus máximos anuales primero y los absolutos después sobre los 183,5 euros por acción si se cumplen las expectativas de Deutsche Bank a medio plazo.
Sin embargo, no se han disipado aún los riesgos de un nuevo proceso de ajuste hasta los 160 euros, aunque son perfectamente asumibles gracias a sus buenos fundamentales y su buena rentabilidad por dividendo.