DESDE EL PARQUET

Oryzon, con dientes de sierra

Los que si­guen Oryzon no se han visto sor­pren­didos por su nuevo epi­sodio al­cista. Cada cierto tiempo, desde su sa­lida a Bolsa hace dos años, el valor re­gistra im­por­tantes y es­po­rá­dicos im­pulsos al alza.

En este período, en al menos en ocho ocasiones ha registrado subidas de más de un 15% en una sola sesión que luego se han traducido en intensos retrocesos.

El último ejemplo se ha producido estos días. La cotización del valor llegó a subir un 44% el pasado 8 de marzo para perder un 13% una sesión después. El motivo en esta ocasión ha sido una espectacular valoración realizada por los analistas de Edison.

La firma de inversión ha elevado el precio de la cotizada española hasta los 9,2 euros desde los 8,9 euros de su anterior valoración, casi cuatro veces más que su cotización actual. Algo que no es especialmente novedoso porque los analistas de esta firma se han mostrado siempre muy positivos con Oryzon.

Destacan su amplio programa de I+D+i con cuatro ensayos clínicos en etapa intermedia de sus activos principales ORY-1001 (un inhibidor específico de LSD1 para cánceres) y ORY-2001 (un inhibidor dual de LSD1 / MAOB para indicaciones del SNC).

Según los cálculos de la firma y si se cumplen los plazos previstos, se esperan lecturas de datos de estos cuatro ensayos el próximo año a más tardar. Un objetivo alcanzable con su actual posición de tesorería y sin necesidad de elevar su endeudamiento.

Lógicamente, las acciones reaccionaron con alzas del 44% pasando de los poco más de dos euros, hasta superar de nuevo los 3 euros. Un nivel que volvió a perder otra vez al día siguiente con una caída del 13%.

Un nuevo e intenso proceso de agitación que si se repite la historia devolverán al valor a cerca de sus mínimos absolutos por debajo de los 2 euros por acción y más teniendo en cuenta que el grupo cerró el pasado ejercicio con unas pérdidas superiores a los 5 millones de euros, solo un 4,6% menos que en el ejercicio anterior.

No obstante, los expertos justifican estas pérdidas por la fase de desarrollo en la que se encuentra la sociedad, con un período de maduración de sus productos a largo plazo y sin recurrencia de momento desde la perspectiva de los ingresos.

Toda esta volatilidad, exagerada incluso para una empresa de crecimiento y futuro, está haciendo las delicias de los inversores más especulativos, pero mantiene alejada a la inversión más prudente.

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