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Guindos abre el marcador en la vuelta de España en Europa: se busca la gran remontada

‘Muchos en Bruselas son es­cép­ticos de que España vaya a en­trar en una nueve era de in­fluencia en Europa’

Luis de Guindos, BCE.
Luis de Guindos, a sotavento.

En el par­tido de ida, España perdió por go­leada. Han sido seis años en el dique seco desde que ex­piró el man­dato de José Manuel González-Páramo en el Comité Ejecutivo del BCE. Desde en­ton­ces, las ins­ti­tu­ciones eu­ro­peas han sido un campo inex­pug­na­ble. Que se lo digan a Luis de Guindos, que vio cómo se le es­ca­paba dos veces la pre­si­dencia del Eurogrupo. Pero en toda Europa ha­blan este martes del par­tido de vuelta. El propio Guindos ha abierto el mar­ca­dor.

¿Habrá gran remontada como la grandiosa del Barça al PSG o como las legendarias del Real Madrid al abrigo del ‘miedo escénico’ que acogotaba a sus rivales en el Bernabéu? La metáfora futbolística la sugiere lejanamente la prensa internacional al analizar cómo Madrid pretende volver a glorias pasadas y cómo el mismo Guindos es forofo del Atleti.

El panorama en el que se encuadra la ratificación de Guindos para la vicepresidencia del BCE se vincula con esa sequía de españoles en cargos relevantes de las instituciones europeas. ¿Es el inicio de una ofensiva para recuperar el papel que tuvo España hace ya bastantes años?

Los grandes medios informan con respeto sobre el nombramiento de Guindos, pero tampoco están entusiasmados. Algunos incluso sonrojan a los políticos españoles en general al destacar que el ‘inglés fluido’ de Guindos ‘es raro’ entre sus colegas. Otros recuerdan que el otro día en la Eurocámara no era el favorito, ni mucho menos, por ser miembro de un Gobierno y carecer de experiencia en política monetaria. Incluso hay quien osa poner en duda la preparación genérica de los políticos españoles hoy día.

Algunos, como Financial Times en un análisis de Michael Stothard y Jim Brunsden, miran hacia atrás y hacen una especie de correlación entre la presidencia de José María Aznar y la ausencia de españoles en cargos europeos importantes. Tras la irrupción en tromba de España en la UE en 1986 con iniciativas como los fondos de cohesión y otras y con políticos españoles en lo más alto, la política exterior ‘se hizo más proamericana con Aznar’, y para muestra la guerra de Irak y la foto de las Azores.

FT destaca que tras ese giro estratégico y la brutal crisis financiera, económica y social, España ‘está hoy muy por detrás de Portugal en cuanto a cargos importantes’. Pero en los últimos cinco años, la recuperación económica sostenida y el regreso a otra política exterior menos trasatlántica envían un mensaje: ‘España quiere jugar ahora un papel más importante en el proyecto europeo’.

Stothard y Brunsden recuerdan que Madrid ha logrado últimamente algunos éxitos diplomáticos. Entre ellos, la postura de la UE sobre Gibraltar en relación con el Brexit, que da a España de hecho un veto. Y la invitación a Rajoy a la reunión de los grandes de la UE en Versalles. Pese a todo, ‘muchos en Bruselas son escépticos de que España vaya a entrar en una nueve era de influencia en Europa’. Entre otras razones, está ‘de cabeza con el impacto de la crisis catalana’.

Por otro lado, como recuerdan algunas agencias y diarios, Guindo es ahora mismo el decano de los ministros de la eurozona. Esto quiere decir que mientras se han ido renovando los Gobiernos, el de España ‘parece cansado’. Y sobre todo, y esto lo escribe FT sin ningún tipo de edulcorante, ‘España carece de grandes figuras políticas europeas’.

En The Wall Street Journal, la crónica firmada por Todd Buell, se centra más en concreto en el Banco Central Europeo y en Guindos. Y tampoco es más suave a la hora de traer a colación las dudas que surgen por la experiencia del ministro español por su poca experiencia, al margen de su paso por Lehman Brothers, Nomura y PwC. Dice Buell: ‘La experiencia de Guindos como político irrita a algunos banqueros centrales, que temen que no esté cualificado’.

Stefan Gerlach, economista jefe de EFG Bank en Zurich, no tiene empacho en afirmar que ‘es demasiado tarde para aprender en el cargo cuando entras en el Comité Ejecutivo del BCE’. Tal vez en el comentario airado también haya tenido algo que ver el hecho de que Gerlach fuera número dos del Banco de Irlanda. Vamos, que así muestra solidaridad con el actual gobernador Philip Lane, que retiró su candidatura al BCE en el último minuto para que fuera seleccionado Guindos por consenso.

En Reuters, Jesús Aguado subraya como casi todos el mérito de Guindos dentro del Gobierno Rajoy con las reformas que han llevado a cinco años consecutivos de aumento del PIB bastante por encima de la media de la eurozona. Aun así, el título de su crónica pone el dedo en la llaga de cómo van a recibir a Guindos en Frankfurt: ‘¿Más banquero que político? Guindos afronta la prueba de fuego del BCE’. Pero mientras tanto y de momento, como escriben Maria Tadeo y Carolynn Look en Bloomberg, para Guindos la designación es ‘misión cumplida’.

Claro que ese mientras tanto es ya, como recalca Silvia Amaro en la CNBC: ‘Cuatro de los seis miembros del Comité Ejecutivo del BCE tiene que ser reemplazados de aquí a finales de 2019; el primero de ellos será el 1 de junio, primer día de trabajo del nuevo vicepresidente’.

¿Qué pasará ese día? Por encima, o por debajo de los saludos y la cortesía, una segunda información de Financial Times adelanta algo. Según sus autores, Mehreen Khan, Arthur Beesley y otra vez Brunsden, ‘se sabe que funcionarios del BCE no están nada entusiasmados con el nombramiento’.

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