Tras su operación de entrada el pasado mes de agosto, la compañía china ha pasado a controlar el 86,83% del capital de la cotizada española, paquete por el que pagó 146,55 millones de euros. Un porcentaje ligeramente por debajo del 90% de aceptación como mínimo que esperaba la compañía.
Por este motivo, en estos días, la compañía matriz ha dado orden a su filial europea para adquirir nuevas acciones de Clínica Baviera por un importe máximo de dos millones de euros en los doce próximos meses que le acercaría a ese objetivo inicial.
Una meta bastante factible, teniendo en cuenta que el precio de la acción ha caído casi un 20% desde los 10,35 euros a los que realizó la oferta hasta los poco más de ocho euros en los que cotiza a día de hoy. En el mercado apenas se mueve además una media diaria de poco más de 400 acciones.
Los expertos, creen que esta puede ser una buena oportunidad para que los pequeños accionistas que aún mantienen posiciones vayan saliendo de la compañía ante el poco recorrido que le queda en Bolsa. Es la única forma, señalan, de que aprovechen los escasos repuntes que se produzcan, derivados de la estrechez del valor, de cara a una más que probable exclusión del mercado a medio plazo, cuyo precio estaría condicionado a la baja.
Un condicionamiento que se refleja en la evolución bajista de su cotización en los últimos meses tras presentar unas positivas cuentas a finales de octubre correspondientes al tercer trimestre. A septiembre, la compañía había obtenido un beneficio de 6,6 millones de euros con un crecimiento de cerca del 8% gracias a la mejora de los ingresos en todas sus unidades de negocio.