Representa un incremento del 8,6 % con respecto al flujo turístico del año anterior. Hasta el punto de constituirse en la tercera potencia turística mundial, solo por detrás de Estados Unidos y Francia, con los datos actualizados de la Organización Mundial del Turismo (OMT).
Estos datos coyunturales representan un motivo adicional para que los inversores se interesen por este importante segmento profesional. No obstante, y a pesar de su especial incidencia en las cuentas públicas nacionales, no cuenta con un sector específico dentro de la renta variable española, tal y como ocurre con la construcción, servicios financieros o tecnología y comunicaciones.
Por el contrario, el sector está englobado en los servicios de consumo, junto a medios de comunicación y cadenas de distribución alimentaria. Este es uno de los principales inconvenientes para identificar con meridiana nitidez a las empresas turísticas que pueden conformar la cartera de valores de los minoristas.
Se trata de un sector cuyas actividades empresariales están muy diversificadas y llega a afectar a alojamientos hoteleros, transportes aéreos, ocio y centrales de reserva. Cada uno de ellas tan solo cuenta con unos pocos representantes como para satisfacer una demanda en la inversión mayoritaria. Tampoco hay ninguna referencia de relevancia en el extranjero como para establecer una comparativa con otras compañías del sector. Pero aun así presentan una serie de características que son comunes a todas ellas. Vinculadas tradicionalmente con el flujo turístico, con las infraestructuras que aportan a los viajeros y por lo que respecta a España, con la oferta de “sol y playa” que es su activo más importante en relación a sus principales competidores.
En estos momentos, apenas una decena de las cerca de 130 empresas que están integradas en el mercado continuo están dedicadas a esta actividad. Con tan solo cuatro representantes en el Ibex 35 (Amadeus, AENA, IAG y Sol Meliá). A diferencia de anteriores ejercicios, sus cotizaciones en lo que se lleva de año son inferiores a las generadas por el índice selectivo de la bolsa española (-0,67 %). En donde tan solo un valor del sector turístico muestra un mejor comportamiento, en concreto Amadeus que se deprecia levemente hasta el 0,35 %. Afectados en todos los casos por la caída histórica (5 %) de la bolsa de Estados Unidos.
Con líneas de negocio, incluso dentro del mismo segmento empresarial, tal y como ocurre con los dos únicos representantes de la hostelería, que representan nichos de negocio diferentes. Mientras que la cadena Sol Meliá basa su oferta principalmente en el segmento “sol y playa”, NH Hoteles se fundamenta en el turismo urbano y business travel. Por su parte, las líneas aéreas que cotizan en el mercado continuo español, IAG y eDreams, mantienen unas mismas constantes comerciales y en ambos casos el precio de sus acciones depende del nivel en el que se desenvuelve el precio del petróleo en los mercados financieros. Otras propuestas objeto de las operaciones de los inversores son Amadeus o Parques Reunidos, aunque desde planteamientos diferentes a las anteriores.
Es un sector en general que está muy vinculado al crecimiento económico. Mientras mayor sea el proceso expansivo en las economías, mejores resultados empresariales obtendrás las cotizadas. Para que de esta manera se traslade al precio de las acciones. Por otra parte, y como elemento negativo, destaca su mayor sensibilidad hacia los atentados terroristas que tienen lugar en alguna parte del planeta. No en vano, tiene una incidencia directa sobre los desplazamientos de los viajeros.
Hasta el punto de que después de los atentados en Barcelona del pasado verano, fueron los valores turísticos los que lideraron las pérdidas en todas las bolsas europeas. En España, con caídas por encima de las generadas por el Ibex 35 (1 %). IAG, con depreciaciones del 3 %, y NH Hoteles y Sol Meliá, en torno al 2,5 %. Dejándose en pocas horas casi 300 millones de euros en los parqués bursátiles.