La cen­tra­li­za­ción de costes puede pa­sarle fac­tura dados sus errores flan­gantes

Los elevados costes de Inditex alertan a inversores y gestores de carteras

Su plan de di­ver­si­fi­ca­ción puede afectar a la trans­pa­rencia de pre­cios

Pablo Isla, Inditex
Pablo Isla, Inditex

La so­bre­va­lo­ra­ción bur­sátil de Inditex se ha ido des­in­flando poco a poco con el paso del tiempo. De he­cho, desde los má­ximos his­tó­ricos de junio del 2017 sus ac­ciones han re­tro­ce­dido en bolsa es­tre­pi­to­sa­mente a con­se­cuencia de los múl­ti­plos tan grandes a los que se mo­vía: el precio no re­fle­jaba la evo­lu­ción de los re­sul­ta­dos. Ahora, ges­to­res, in­ver­sores y la gran banca cor­po­ra­tiva acu­mula dudas en la compra de sus tí­tulos ante los fuertes costes que so­porta.

Inditex va caminando con pies de plomo, pese a que sigue creciendo en términos numéricos y a que sus resultados son cada vez mejores. Otra cosa son las perspectivas de cara al largo plazo en base a las fuertes expectativas que se siguen creando sobre la empresa y a las dificultades que puede tener en relación a los gastos grandes que tiene asociados. En un momento de enfriamiento económico, eso le puede provocar un resbalón.

Entre otras entidades grandes del entorno de la inversión, Bank of America Merrill Lynch, realizó un reciente informe en el que mostraba la fotografía completa de la compañía de Arteixo. Uno de los principales obstáculos de su negocio, según argumenta, es la centralización de los costes.

Los analistas que firman el informe apuntan que, pese a que la mayor cantidad de los gastos de la multinacional están relacionados con la plantilla de ventas y la red de tiendas, ubicadas fuera de Europa, el mantenimiento de su oficina central en Galicia le supone 515 millones de euros.

Se trata de una cifra que supone el 13% de los costos totales de personal. A ello, hay que sumar unos 715 millones de costes de administración. Es decir, un importe desmesurado que deja reducido a cenizas el margen de la facturación procedente de Europa. Números nada despreciables a la hora de establecer una estrategia a futuro.

Esto explica también el florecer de muchos hedge funds que han apostado a la baja por las acciones de Inditex. AQR Capital Management es la entidad que más cartas está jugando sobre la mesa en contra de la empresa retail con una posición del 0,5% en su capital. Así, es el primer accionista individual dentro de las posiciones cortas.

Márgenes y divisas

La compañía que controla Amancio Ortega obtiene el 61% de sus ventas y el 100% de las ganancias operativas de países no europeos. En este sentido, diversificar siempre es beneficioso para una compañía, aunque en su caso no se termina por compensar en algunas regiones por el efecto adverso de las divisas, que acumulan gran volatilidad. De hecho, el beneficio operativo de la cadena apenas creció un 2% en comparación con el 17% al que hubiera mejorado de tomar como referencia al euro.

Asimismo, esa depreciación de las divisas domésticas podría ir a más, según agrega la entidad norteamericana, afectando considerablemente a los márgenes. Y es que el interés de la firma en expandirse a más países, acarrea un riesgo al aumentar la transparencia de sus precios a nivel global, lo cual provocará que sea más difícil cobrar tarifas más altas por las mismas prendas, como hace en la actualidad.

Cotización a la baja

A todo esto hay que sumarle la carrera tortuosa que lleva en los mercados en los últimos tiempos. Desde que alcanzara máximos históricos, por encima de 36 euros, inició una senda a la baja de la que aún no ha conseguido escaparse. Tanto es así que ha perdido en torno al 32% de su cotización.

Con todo este panorama que tiene sobre sus espaldas, Bank of America Merrill Lynch es de las pocas entidades que apuesta por vender los títulos de la compañía con un precio objetivo de 22 euros. Si finalmente cierra este ejercicio en terreno negativo, sería la primera vez en la historia que la empresa retail termina con dos ejercicios consecutivos de descensos.

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