El agente por­tu­gués de Cristiano Ronaldo po­dría haber co­me­tido fraude y abuso fiscal

La Agencia Tributaria también investiga en España a Jorge Mendes por fraude fiscal

La Comisión Europea avala la ope­ra­ción fiscal mul­ti­la­teral contra el in­ter­me­diario de­por­tivo

Jorge Mendes.
Jorge Mendes.

Gran es­cán­dalo mun­dial en torno a la fi­gura del in­ter­me­diario de­por­tivo por­tu­gués Jorge Mendes, agente del astro luso Cristiano Ronaldo y más de una vein­tena de ju­ga­dores y en­tre­na­dores de fút­bol. Según la re­vista por­tu­guesa “Expresso”, el em­pre­sario por­tu­gués está bajo in­ves­ti­ga­ción fiscal "en fase muy avan­zada" en España (donde ob­tiene su prin­cipal fuente de in­gre­sos), Portugal y otros tres países eu­ro­peos como con­se­cuencia de su en­tra­mado em­pre­sa­rial, cuyo prin­cipal ob­je­tivo pa­rece orien­tado a es­conder al fisco una parte de sus mi­llo­na­rios in­gre­sos.

Hace casi un año, el pasado 17 de noviembre de 2017, 14 inspectores fiscales de España, Portugal, Irlanda, Reino Unido y Chipre decidieron unir esfuerzos para investigar operaciones realizadas entre 2014 y 2016 por un complejo entramado de sociedades creadas en dichos países por Jorge Mendes, con la participación de su esposa Sandra, presuntamente para evitar que en solo dos años, 2014 y 2015, evitar pagar impuestos en su IRPF de hasta un 28% por más sus 65 millones de dividendos empresariales.

La información fue publicada por el semanario portugués el pasado sábado en al ámbito de la red “European Investigation Collaboration”, que comparte informaciones recogidas por el alemán “Der Spiegel” y la plataforma “Football Leaks”. La información deja muy mal parada la imagen de unos de los portugueses más influyentes, que con 52 años de edad representa los intereses de estrellas como Ronaldo, Ricardo Costa, Falcao o el polémico entrenador Mourihno.

Solo Chipre decidió quedarse al margen de la investigación multilateral, cuya actuación se inscribe en el ámbito del programa “Fiscalis 2020”, a través el cual la Comisión Europea (CE) entiende perseguir el fraude, el abusco y la evasión fiscal, pero cuya vigencia tiene la fecha límite de julio 2019. Lo que sí han prometido las autoridades fiscales chipriotas es dar seguimiento a solicitudes de información provenientes de la “task force” fiscal europea que investiga el escándalo.

Obviamente, Jorge Mendes reclama la presunción de inocencia, al tiempo que denuncia una persecución injusta, destinada a denigrar su imagen. Insiste en que utiliza los mismos medios fiscales usados por otras personalidades públicas del país, a quien nadie reclama cuentas. Recuerda que siempre tuvo y tendrá su residencia fiscal en Portugal; y sostiene que solo creó sociedades en el exterior para desarrollar su actividad internacional.

En los años investigados (2015 y 2016), fue en España donde Mendes realizó su mayor volumen de negocios, unos 463 millones de euros, frente a los 308 millones realizados en Portugal, otros 283 millones en el Reino Unido, y un sinfin de millones por otros países. Sus principales clientes son el Real Madrid, el FC Barcelona, el Atlético de Madrid y el Valencia, en España; Benfica y Oporto, en Portugal; Manchester United, Machester City y Chelsea en Reino Unido; Mónaco y Paris St Germain, en Francia.

Futbolistas afectados

Además de haber intermediado, solo en esos 2 años, un total de 34 transferencias de futbolistas como Marcial (del Mónaco al Manchester United, por 80 millones de euros), Di María (del Manchester United al Paris St Germain, por 63 millones), etc., Mendes representa a otras muchas otras estrellas, empezando por Ronaldo, Diego Costa, James, Falcao, Pepe, etc., e igualmente a entrenadores tan carismáticos y polémicos como José Mourinho.

El número total de operaciones que están siendo investigadas por la “task forcé” fiscal europea es de 59, y según los expertos del sector, cuando Mendes entra en escena obtiene habitualmente un 10% de comisión. En todo caso, lo que llamó la atención de la agencia tributaria lusa, fue el hecho que a la hora de cumplir con sus obligaciones fiscales, el agente solo habrá declarado los ingresos salariales, olvidándose de los dividendos recibidos del entramado de sus sociedades.

Las mayores sospechas que pesan sobre Mendes no son de “fraude fiscal” propiamente dicha, sino de “abuso fiscal”, por el que ya fue forzado a pagar 5,3 millones de euros, en relación con 21 millones de ingresos no declarados en 2012. Sin embargo, Mendes no se dio por vencido sintiéndose víctima de un “acoso ilegal e inconstitucional”, sino que recurrió a los tribunales y espera ahora a que un juez experto en las prácticas fiscales dicte una sentencia favorable.

Por lo tanto, lo que la “task force” fiscal europea intentará demostrar, es que para no pagar impuestos exigidos a ciudadanos normales que no tienen acceso a esquemas de ingeniaría fiscal que burlan la ley o situadas en el límite de la legalidad, Mendes constituyó un entramado de sociedades con sedes múltiples en Portugal, Irlanda, Holanda, etc., que mediante aumentos y reducciones de capital realizaba falsas ventas y recompras de sus propias acciones.

Las inspecciones realizadas en 2014, por ejemplo, detectaron que el agente pudo ingresar, de esta manera, más de 29 millones libres de impuestos, correspondientes al periodo 2008/2012, provenientes de su sociedad lusa Start SGPS, creada en 2008 para concentrar las participaciones de Mendes en Gestifute Portugal, Gestifute Irlanda, y Polaris Sports. Las dos primeras tratan de transferencias de futbolistas, mientras que Polaris, residenciada en Irlanda, se ocupaba de derechos de imagen.

Lo que más llama la atención de la “task force” fiscal, es que para no llegar a tener que pagar impuestos sobre los suculentos dividendos de sus empresas, Mendes utilizó su esposa Sandra (están casados con separación de bienes), para realizar las falsas ventas, recompras y extinción de acciones de las empresas del agente, con que los dividendos llegan a las cuentas suizas del matrimonio como simples recuperación de capitales invertidos, y libres de impuestos.

En concreto, Sandra Mendes habría ingresado en Suiza hasta 28,1 millones de euros en el año 2014, y otros 39,1 millones a finales del 2015, o sea 67,2 millones al total, que declarados como dividendos hubieran sufrido una retención fiscal del 15% o pagar hasta un 28% de impuestos. La cuestión, ahora, consiste en saber si Mendes llegará a ser acusado de “fraude fiscal” o si tendrá que responder solo por “ocultación fiscal”.

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