En marzo de 2015, la autoridad monetaria española apenas contaba en su balance con letras, bonos y obligaciones por importe de 37.592 millones. Según el último dato de este año, esta cartera se ha incrementado hasta los 209.020 millones de euros, la quinta parte de todos los bonos en circulación emitidos para financiar el déficit acumulado durante años.
Aunque Europa prohíbe de forma específica a los bancos centrales la financiación de los déficit de los estados, el BCE decidió a mediados de esta década que la reducción de los tipos de interés hasta el 0% no era suficiente para apuntalar a las economías europeas, que habían sufrido una peligrosa recaída de la crisis en el año 2012.
La compra masiva de deuda pública de los estados, así como de bonos privados, constituía un arma en la recámara del Banco Central Europeo de cara a impulsar aún más las economías. El mecanismo era la aportación masiva de dinero y este exceso en la masa monetaria obligaría a las entidades que habían guardado fondos con la crisis a prestarlos a empresas y familias.
Los bancos centrales nacionales eran los encargados de materializar esta política, como subsidiarios del BCE. Y se trataba de un negocio de cara a sus balances, porque hay que tener en cuenta que estos bonos, que rentaban el 1%, el 2% o el 3%, los financiaba a coste cero. En 2015, el precio oficial del dinero se encontraba en el 0,05% y unos meses después ya cayó al 0%.
La política del Banco Central Europeo ha supuesto un bálsamo para la financiación del déficit español. Basta con mirar el tipo medio de los títulos de la deuda para comprobar el alcance de esta afirmación. En junio de 2015, el interés se encontraba en el 3,108% de media y tres años después ha bajado tres cuartos de punto, hasta el 2,433%.
Según el balance del BCE, el supervisor bancario europeo cuenta en su cartera con títulos españoles por importe de 256.543 millones de euros. A los valores que ha comprado el Banco de España se le suman los títulos que han adquirido de empresas. Estas tenencias de deuda se sitúan en cuarto lugar entre las adquisiciones de valores europeos.
El primer estado que ha financiado el BCE en estos tres años es el alemán, con 509.670 millones de euros en títulos. El segundo es el francés,c on 414.266 millones y el tercero es Italia, con un total de 360.032 millones deuda privada y pública.