“Estamos ante una Tasa Tobin de perfil muy bajo. Nada que ver con aquellas otras intentonas que intentaron gravar las operaciones de renta fija o las de derivados”, señalan fuentes financieras que creen que una vez más la iniciativa quedará guardada en el cajón porque su aplicación es sencillamente inasumible en el momento que viven los mercados. Las mismas fuentes hacen paralelismos con el intento de imponer una tasa sobre los resultados de la banca que ya ha pasado a mejor vida.
“El Gobierno quiere imponer un impuesto del 0,2% sobre las operaciones en bolsa. ¿Qué va a pasar? Sencillamente, que España perderá cuota de mercado en la negociación de sus acciones más líquidas. ¿Qué habría pasado si se hubiera aplicado un impuesto a la banca? Pues que las entidades financieras españolas habrían sido más castigadas en bolsa que el resto. En la Unión Europea no se puede jugar con reglas propias porque sólo puedes salir escaldado”, aseguran.
Y, efectivamente, el mayor problema de aplicar la Tasa Tobin en solitario es que más allá de los entre 700 y 1.000 millones de euros que puede recaudar España, el daño a la industria de valores puede ser mucho mayor. Hoy, los ‘broker’ españoles mueven gran parte de la contratación de los gigantes de nuestro mercado bursátil, que están entre los más líquidos del Europa y forman parte de las carteras de los grandes inversores internacionales, dueños del 45% de la bolsa española.
El riesgo de deslocalización es alto. Alrededor del 10% de los valores del índice Euro Stoxx 50 son españoles y tres de ellos se situaron al cierre de 2017 entre los 10 más negociados de la Eurozona. Desde el sector de la intermediación bursátil, en el que las comisiones percibidas están muy ajustadas y al límite, cunde la preocupación. Máxime en pleno desplome de las cifras de contratación en la bolsa española, herida por la incertidumbre en Cataluña y la tensión geopolitica mundial.
“¿Qué sentido tiene aplicar esta medida en un momento de debilidad y de caída de los volúmenes en Bolsa. Nunca es buen momento para los ‘impuestazos’, pero este es del todo desaconsejable”, aseguran en un gran ‘broker’ nacional. En esta firma recuerdan que los intentos de aplicar en solitario la Tasa Tobin en Italia sobre todo, pero también en Francia, se han quedado muy por debajo de las expectativas de recaudación y han rebajado la actividad en ambos mercados.
A la espera de más detalles concretos y con muchas dudas sobre el apoyo político que tendría una medida orientada básicamente a satisfacer a Podemos, lo cierto es que el sector teme que el Gobierno ponga toda la carne en el asador después del fracaso de su intentona para poner un impuesto a la banca. Mientras, el lobby financiero se mueve por su el escenario se pone muy negativo. Ya cuentan con que será una Tasa Tobin que algunos califican “de juguete”, pero con las actuales constantes vitales de las Bolsas creen que no hay que jugar con fuego.