Mejorar los dé­biles már­genes que pre­sentan las im­po­si­ciones tra­di­cio­nales es po­sible

Cómo invertir en renta variable a través de los depósitos a plazo

La cues­tión es acertar con cesta de ac­ciones con una evo­lu­ción bur­sátil fa­vo­rable

Mutuactivos
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Invertir di­nero en bolsa, pero sin estar ex­puesto a los riesgos ge­ne­rados desde estos mer­cados fi­nan­cie­ros. Esta es la clave que ca­rac­te­riza a las im­po­si­ciones a plazo vin­cu­ladas con estos ac­ti­vos. Se trata de un pro­ducto ban­cario que com­bina la renta va­riable con la fija, pero de una ma­nera muy par­ti­cular y sobre todo atí­pica. Garantizando en todos los casos una ren­ta­bi­lidad mí­nima, pase lo que pase con la evo­lu­ción de sus co­ti­za­cio­nes.

Estos modelos de inversión generan hasta un 3 % de interés anual que podrá incrementarse si las condiciones del depósito son cumplidas. Estas pasan necesariamente por superar unos niveles en la cotización de los activos financieros vinculados. Un requisito que a veces puede ser muy engañoso porque no es tan fácil llegar a esos niveles. De cualquier forma, a su vencimiento, los titulares recibirán sus aportaciones económicas más su consiguiente rendimiento.

En cierta forma guarda un gran paralelismo con los fondos garantizados, aunque con unas diferencias muy sustanciales entre ambos modelos. En primer lugar, porque debe de respetarse unos plazos de permanencia que casi siempre son muy exigentes. Por otra parte, esta clase de imposiciones bancarias están confeccionadas para todas las economías domésticas. Pueden contratarse desde importes muy asequibles que incluso están por debajo de 1.000 euros.

La exención de comisiones y otros gastos en su gestión es otra de las características que presenta este formato para la inversión. A diferencia de los productos que están ligados directamente con bolsa. Destinado a un perfil de cliente muy bien definido, en donde prevalece la seguridad por encima de otras consideraciones técnicas o estratégicas.

Vinculados a fondos o cesta de acciones

Los bancos están tratando de potenciar estos modelos para contrarrestar la poca rentabilidad que ofrecen los depósitos en estos momentos. Como consecuencia de la decisión del Banco Central Europeo de abaratar el precio del dinero y que ha llevado a que su valor sea prácticamente nulo, es decir al 0 %. Hasta el punto que la rentabilidad media de las imposiciones superiores a un año son del 0,13 %, la más baja de la zona euro y por debajo de la media europea que está situada en niveles cercanos al 0,4 %, según los últimos datos publicados por el BCE sobre los intereses a plazo fijo en la Unión Europea.

Porque si de lo que se trata es de encontrar una inversión segura, aun asumiendo algo de riesgo en la operación, una de las opciones más claras son los depósitos combinados. Es una mezcla entre renta fija y variable por la que se invierte una parte del capital en un producto tradicional a plazo fijo y el resto en un fondo de inversión o cesta de acciones. De esta manera, el titular de este producto financiero estará en condiciones de mejorar los márgenes de intermediación. Uno de estos modelos está representado por el Depósito Combinado que viene comercializando Oficina Directa desde hace varios años. La mitad de la inversión va destinada a una imposición con un plazo de permanencia de 13 meses que reporta un interés anual del 0,4 %. No obstante, puede superarse a través de la otra parte de la inversión que está integrada en una cartera de fondos de inversión.

Otro de los formatos habilitados bajo estas mismas características es el Depósito Combinado Fondos de BBVA que destina a un fondo de inversión al menos un 30 % del importe total invertido inicialmente y consigue hasta un 0,75 % anual en el depósito propiamente dicho. Con importes a partir de 600 euros. Unicaja también aplica esta estrategia comercial para responder a las expectativas de los clientes que desean incrementar su rentabilidad. Con un interés del 0,60 % sobre el depósito.

Precauciones en su contratación

De todas formas, no queda otra solución que ser más precavidos en su formalización para evitar alguna que otra sorpresa con esta clase de imposiciones. En especial porque es más complicado conocer su rentabilidad final con anticipación debido al rendimiento que pueda generarse desde la renta variable. No puede olvidarse que los modelos que aceptan esta estrategia colocan entre un 30 % y 70 % aproximadamente a esta inversión. Aunque serán finalmente los mercados quienes dictaminen su valor real cuando llegue su vencimiento.

Por otra parte, son productos que no están exentos de sufrir pérdidas como consecuencia de las fluctuaciones de los activos financieros en donde se invierte el dinero. Este es uno de los motivos por lo que la inversión puede terminar en situación negativa. Es decir, con un valor menor que en el momento de su suscripción. Es el mayor riesgo que conllevan los depósitos combinados con respecto a las imposiciones tradicionales. Aunque con una intensidad sensiblemente menor que por medio de las operaciones directas en bolsa.

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