Estos seguros nunca han cuajado en España, donde el ahorrador tiene una tradicional aversión al riesgo que le ha mantenido alejado de productos de este tipo. Pero ahora se están dando una serie de circunstancias que alientan su desarrollo.
En primer lugar, el prolongado contexto de bajos tipos de interés ha restado mucho atractivo a los productos aseguradores tradicionales garantizados. A su vez, esta situación ha provocado que las compañías busquen alternativas que ofrecer a sus clientes, como los unit linked, que prometen una rentabilidad mayor, con el objetivo de limitar la fuga de ahorro del sector hacia otros productos más del ámbito bancario, como los fondos de inversión. Además, precisamente por esa característica de transferencia del riesgo, son productos de especial interés para las aseguradoras porque conllevan una menor carga de capital bajo el marco de Solvencia II.
Su despegue va despacio, pero ya se nota. Con datos a septiembre de 2016, las provisiones técnicas gestionadas por estos seguros sumaban 12.695 millones de euros; el tercer producto asegurador de ahorro con mayor volumen de dinero gestionado de clientes, por delante de otros más clásicos como los Planes de Previsión Asegurados (PPA), con 12.598 millones o los Planes Individuales de Ahorro Sistemático (PIAS), con 11.757 millones. No obstante, su peso es todavía pequeño. Según los últimos datos difundidos por Unespa correspondientes a septiembre, el volumen de primas totales del sector asciende a 47.404 millones, mientras que los ingresos por la venta de unit linked en ese periodo alcanzaron los 2.030 millones, según la suma de los datos de las 58 aseguradoras de las que ICEA reporta cifras individuales por productos de Vida. Por tanto, los unit linked no representan ni el 5% de las primas totales. Si se calcula sobre las primas solo de Vida, su peso es de poco más del 9%.
Pero hay que tener en cuenta la dispersión existente entre aseguradoras: mientras que algunas han descartado estos productos de sus carteras, en otras las cifras muestran una clara apuesta por ellos, y no son precisamente ni pocas ni pequeñas. De entre las compañías que venden estos productos, hay dos que gestionan un volumen de ahorro en unit linked de más de 1.000 millones, Santander Seguros y Mapfre Vida, con unas provisiones técnicas a septiembre de 1.840 y 1.327 millones, respectivamente. También gestionan volúmenes más que decentes aseguradoras como VidaCaixa (790 millones), March Vida (648 millones), AXA Aurora Vida (418 millones), Abanca Vida (329 millones) o Bansabadell Vida (322 millones).
Si lo que se analiza es el crecimiento, encontramos una quincena de aseguradoras que exhiben avances de dos dígitos, e incluso de tres dígitos, como Unicorp Vida y Allianz, con incrementos a septiembre en tasa interanual del 190% y 108%, respectivamente. También han sido contundentes los aumentos en el caso de Mapfre Vida (51%), Caja España Vida (42%), Abanca Vida (40%), VidaCaixa (38%) o Mutua Madrileña (35%).
Los datos, por tanto, muestran el interés de las principales aseguradoras por estos productos. Ahora bien este empeño en colocar unit linked entre los clientes puede generar problemas. El primero, de concepto. Estos instrumentos financieros son seguros, pero no ‘aseguran’. Es decir, el tomador asume el riesgo de perder algo, parte o todos los ahorros. De hecho algunas compañías, sobre todo en el ámbito de las mutuas, consideran que no deberían ser una apuesta del sector porque contradicen el espíritu asegurador basado en la asunción de aquellos riesgos que el ciudadano no puede o no debe asumir, más aún teniendo en cuenta que se trata de productos de ahorro orientados al largo plazo.
No solo una parte del sector es reacio a la venta de unit linked, también los supervisores han dado la voz de alarma. Eiopa (European Insurance and Occupational Pensions Authority), en su último Informe de Estabilidad Financiera correspondiente a diciembre de 2016, ha advertido de que “vigilará el desarrollo de estos productos ya que el riesgo es desplazado a los clientes, lo cual merece una mayor atención desde una perspectiva de estabilidad financiera”. La advertencia es general, ya que no solo en España se está produciendo un avance de los unit linked. Según los datos del supervisor, en el segundo trimestre de 2017 el negocio total de estos productos en Europa como porcentaje de las primas brutas era de media por compañía del 34% frente al 26% del mismo periodo del año anterior.
El supervisor vigila, y la industria también debería hacerlo. Es importante preservar la reputación de un sector que ha pasado con una nota muy alta, sobre todo comparada con la del sector bancario, el examen de la crisis financiera. De hecho, no será una, ni dos, ni tres las veces que desde Unespa y las compañías se ha recordado en el último año que no hay ni una aseguradora que haya tenido que ser rescatada o que se haya visto envuelta en escándalos por mala praxis. Pero, ¿qué pasaría si en un momento dado se producen pérdidas importantes para los ahorradores como consecuencia de la venta masiva de unit linked?
Una situación de este tipo podría dañar su imagen. No obstante, desde el sector se insiste en los elevados estándares de venta que existen en el mercado. De hecho, Unespa, en su Guía de Buenas Prácticas en materia de Seguros individuales de Vida Ahorro, lanzada el pasado verano, da unas pautas a seguir cuando un cliente o potencial cliente va a contratar un unit linked, entre ellas, la de asegurarse de que se le informa detalladamente de que está asumiendo todo el riesgo de la inversión, por lo que ni la prestación ni el rescate están garantizados: “La posibilidad de pérdida de sus ahorros, incluso total en el escenario más adverso, debe ser un factor claro en la información previa a la comercialización del producto, en ningún caso eclipsado por el histórico de beneficios asociados al producto o por las posibles expectativas de rendimientos futuros”, explica la Guía.
En este ámbito, las entidades explican que están realizando inversiones en formación para que los equipos comerciales puedan ofrecer al cliente el asesoramiento y la información que necesitan para elegir el producto que mejor se adapte a sus necesidades y perfil de riesgo. Además, recuerdan que la nueva regulación sobre distribución de productos que próximamente entrará en vigor introducirá aún más transparencia de la que existe, con lo que se limitará mucho el riesgo reputacional.