Será un factor que habrá que tenerlo en cuenta en función de las características del propio inversor. En donde primará su necesidad para afrontar gastos de forma inmediata o incluso para seguir invirtiéndolo.
No todos los productos financieros cumplen con el mismo calendario en la restitución del capital invertido y sus correspondientes intereses. Suele variar desde unas pocas horas a una demora de entre 1 y 3 días. En cualquier caso, será de especial relevancia su conocimiento para que no haya ninguna sorpresa por el camino. Sobre todo para planificar los gastos de cualquier economía doméstica con mayor eficacia. Para que de esta manera los inversores opten por el modelo que mejor se amolda a su perfil. Dentro de una amplia ventanas de liquidez que exponemos a continuación.
Bolsa: liquidez inmediata a cuenta
Si lo que desea el usuario es tener el dinero rápidamente en la cuenta corriente la mejor solución pasa por la inversión en bolsa. Dispondrá del efectivo a los pocos minutos de haber mandado la orden de venta a los mercados financieros. De forma que incluso podrá destinarse este recurso monetario a otras operaciones para seguir rentabilizando el patrimonio. Esta inversión permite que pueda comprarse y venderse acciones en tiempo real varias veces durante la misma sesión bursátil. Se trata de uno de los productos más líquidos del mercado, aunque a costa de asumir más riesgos.
No obstante, puede pasar que en los valores de pequeña capitalización haya ciertos problemas para ajustar los precios de salida. Con el riesgo evidente de quedarse enganchado en el valor durante un periodo de tiempo más o menos amplio. También en los productos de mayor riesgo (warrants, derivados o ventas a crédito) la liquidez es máxima. En todos los casos existen posiciones para vender a precio de mercado a lo largo del horario de contratación. Pero con la dificultad de que no se desarrollen conforme con las expectativas creadas.
Fondos, a esperar más de un día
Un modelo intermedio para disponer de las aportaciones económicas son los fondos de inversión. Este movimiento no es inmediato, sino que por el contrario habrá que esperar entre uno a tres días para cargarlo a cuenta. No puede olvidarse que es necesario liquidar la operación y este es un proceso que suele tardar más tiempo que las ventas en bolsa. Algo similar ocurre con los ETFs ya que necesitan de una liquidación muy parecida. Las ventas se finiquitarán, mediante un abono en la cuenta de valores del partícipe, en un plazo de tiempo que se sitúa en medio de la compra de acciones y los fondos de inversión. Normalmente en no más de veinticuatro horas desde la decisión de abandonar los mercados financieros.
Los depósitos a plazo, por su parte, permiten recuperar el dinero de una forma casi inmediata a su vencimiento. Sin tener que formalizar ninguna orden de venta ya que los plazos estarán predeterminados desde su contratación. No obstante, si no se respeta el proceso la operación se ralentiza levemente y en la mayoría de los casos con la obligación de abonar una comisión de reembolso de entre el 1 % y 3 % sobre el capital invertido.
Demoras en las ventas de pisos
La compra de bienes inmobiliarios puede ser la más rentable de todas las inversiones. Adquirir una casa ofrece una rentabilidad superior al de otros activos financieros. Incluso para ponerla en alquiler, con un rendimiento anual en 2017 del 5,7 %, según el índice inmobiliario Fotocasa. Con un incremento en la tasa de interés del 5 % desde 2014. De todas formas, la liquidez de esta alternativa a la inversión es menor que en los productos financieros anteriormente mencionados. Fundamentalmente porque requerirá de un proceso de comercialización que perfectamente puede alcanzar varios meses, más allá del beneficio de la operación.
Buscar un comprador, preparar la documentación y demandar los servicios profesionales de un notario serán algunas de las gestiones a realizar. Hasta el punto que es muy habitual que los vendedores esperen una media de tres meses hasta que tengan su dinero en la cuenta corriente. Así se pone de manifiesto tras los últimos datos proporcionados por Tinsa, en lo que se constata que el plazo de venta en Madrid se ha reducido a finales de 2017 a los 2,8 meses.