La firme recuperación de la cotización del Popular ya se había vuelto muy tibia a lo largo del viernes, con algunos momentos en los que incluso se registraban algunos leves descensos. Sin embargo, todo ha cambiado en las últimas horas de la sesión y el grupo presidido por Emilio Saracho ha vuelto a entrar en barrena, casi con la misma intensidad que 24 horas antes.
De esta manera, el valor de las acciones del Popular ya han perdido el mínimo histórico de los 50 céntimos, en el que se cifra cualquier potencial compra, y ha entrado en niveles histéricos, a punto de valer menos de los 40 céntimos. El desplome ya alcanza el 16%, casi de la misma magnitud del sufrido en la jornada precedente.
Algunos consideran que el mensaje de tranquilidad lanzado por el ministro portavoz, Iñigo Méndez de Vigo, se ha reconvertido en el detonante del nuevo castigo de los mercados, al indicar que se trata de una entidad en proceso abierto de venta o ampliación de capital pero que en el Gobierno no existe "ninguna preocupación mayor".
Desde luego, a la cotización actual cualquier venta del Popular por parte del equipo gestor de Emilio Saracho podría hacerse a precios de derribo. "Que nadie espere que el banco que compre el Popular vaya a pagar una prima importante sobre su precio actual, motivo por el cual hay muchos inversores minoristas tratando de especular con este valor", sostiene Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank.
"La tendencia de sus acciones en bolsa sigue siendo claramente bajista, con hasta un 12% de su capital en manos de fondos que están apostando por un mayor desplome de sus títulos", añade este experto.
Imprecisión
Desde febrero, con la opción de ampliación de capital o la integración en otro banco, los mercados han esperado algunos mensajes por parte del Popular: desde la retasación de sus activos inmobiliarios a las ventas de algunos negocios que no se consideran principales en la actividad del banco.
Respecto a las provisiones adicionales que deberá hacer, poco o nada ha trascendido hasta el momento ya que no se ha terminado con el proceso de reformulación. El consejero delegado del Popular, Ignacio Sánchez-Asiaín, calculaba a primeros de mayo que todo ese trabajo estaría listo para junio.
En cuanto a las ventas de activos o negocios estratégicos, por el momento se han limitado a pequeñas operaciones. La última, anunciada en pleno desplome bursátil, ha sido la venta de su participación (48,98%) en Targobank a su socio y accionista, el banco francés Crédit Mutuel.
Los mercados esperan con avidez el cierre de la venta de su filial en Estados Unidos, Totalbank, que le reportaría algo más de 400 millones de euros. El Popular negocia desde hace varias semanas con el chileno Banco de Crédito de Inversiones (BCI) dicha operación. Esta entidad chilena es la misma que ya se quedó con la filial estadounidense heredada de Caja Madrid.