Los ac­tivos ad­ju­di­cados aún su­peran los 190.000 mi­llo­nes, pese a re­du­cirse en un 9%

La rentabilidad de la banca cae en picado y se hunde a mínimos de 2013

El ROE por el ne­gocio en España merma por de­bajo del 3%, aunque con ex­cep­ciones

Banca Online
La Banca Online no salva el resultado.

Si el reto de re­cu­perar la repu­tación per­dida du­rante los años de la crisis pa­rece una causa casi im­po­sible para la banca es­pañola, no es menos el reto de re­cu­perar unos ni­veles de ren­ta­bi­lidad que cu­bran el coste del ca­pi­tal. La ren­ta­bi­lidad sobre fondos pro­pios (ROE) de los bancos en sus re­sul­tados con­so­li­dados toca mí­ni­mos, al caer hasta el 4,8%. Más acu­sado es el des­plome por el ne­gocio en España, hasta el 2,8%. Mientras los ac­tivos ad­ju­di­cados aún pesan más de 190.000 mi­llones de euros en los ba­lan­ces.

Tanto las cifras de cada uno de los bancos como las que más recientemente han ofrecido las dos principales patronales del sector (AEB y CECA) ya dejaban en evidencia que el negocio bancario es cada vez menos rentable. El último Informe de Estabilidad Financiera del Banco de España confirma esa dura realidad que se ha acrecentado durante el último ejercicio.

La rentabilidad sobre fondos propios (ROE) de los bancos españoles se sitúa en mínimos de los últimos años, al caer hasta el 4,8% en las cuentas consolidadas tras la recuperación del ejercicio 2015 hasta el 5,6%. La caída conjunta de los beneficios y el incremento de los fondos propios se esgrimen como los dos factores principales para esta evolución.

Estos niveles se sitúan casi en la media de los bancos de la Unión Europea, pero aún están muy por debajo de lo que se calcula como el coste de capital. Aunque hay varias divergencias en su medición, la mayoría sitúa dicho coste en torno al 10%, un nivel que los bancos españoles superaban con creces antes del estallido de la crisis.

Los tipos oficiales de interés en mínimos históricos y los mayores requisitos de capital también han mermado esta variable tan crítica para la mayoría de los bancos. Si tan sólo se tiene en cuenta los resultados en España, la situación se agrava. El ROE cae desde el 4,4% en el que estaba al cierre de 2015 hasta el 2,8%, según el informe citado.

Los expertos del Banco de España puntualizan que no todas las entidades han tenido una evolución negativa de su rentabilidad y cómo en algunos casos se ha mejorado. Esta "dispersión" también la ha esgrimido el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, durante la presentación de las cuentas anuales de la banca y la Asamblea de la patronal.

La rentabilidad sobre activos (ROA) también ha empeorado en ocho puntos básicos durante el último año, hasta situarse en el 0,3%. Esta caída se justifica por la mala contribución de los distintos componentes de la cuenta de resultados de las entidades, salvo en el caso de los gastos de explotación y las pérdidas por deterioro de activos financieros.

Losa pesada

El saneamiento de los balances de los bancos ha sido constante durante los últimos años, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. Sin embargo, la digestión de tanto ladrillo parece más lenta de lo esperado, como ya han reconocido en los últimos resultados del tercer trimestre algunos consejeros delegados. Es el caso de Carlos Torres, del BBVA, que aún prevé hasta unos tres años para minimizar las pérdidas de sus actividad inmobiliaria en España (109 millones de euros en el primer trimestre).

El conjunto de la banca española aún soporta activos dudosos y adjudicados por un importe superior a los 190.000 millones de euros, pese a que en el último ejercicio se han reducido en un 9%. "Pese a esta reducción, estos activos no generan ingresos siguen constituyendo una proporción relevante del balance de las entidades en su actividad en España, presionando a la baja la rentabilidad del sector", concluye el último Informe de Estabilidad Financiera del Banco de España.

Los activos dudosos procedentes de la construcción e inmobiliario tienen un peso del 37% en los balances, seguido de los activos dudosos de empresas no financieras (32%). Los dudosos hipotecarios de familias se sitúan en tercer lugar, al representar un 21%. La senda de reducción iniciada en todos los casos se mantiene desde 2014.

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