Como el titular a toda primera plana de The Daily Telegraph este martes: ‘Cortemos con la burocracia que ahoga a Gran Bretaña para liberar al país de los grilletes de Bruselas’. The Guardian es más neutro y voluntarioso en su gran titular: ‘Los rebeldes le dicen a May que se concentre en el acuerdo con la UE y no en el divorcio’.
The I cuenta todo en un chorro de palabras la reunión de May con la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon: ‘El gran ten con ten británico: al iniciarse una semana histórica, la conversaciones de las líderes acaban en punto muerto; ahora es la hora de que Gran Bretaña esté unida, dice May mientras se prepara para activar el Brexit; Sturgeon dice que no hay ‘argumento racional’ para retrasar un segundo referéndum de independencia’.
Y así todos los demás medios. Todos, menos Financial Times. Para el diario de la City, que por otro lado está repleto a diario de informaciones, análisis y artículos sobre el Brexit y sus efectos, la salida de Reino Unido de la UE no da hoy para primera plana. Pero sí abre un hueco nada menos que a tres columnas para el siguiente titular: ‘Crece la presión sobre el Santander con parlamentarios cuestionando el uso de los ‘contratos de una hora’.
Es la segunda versión, corregida y aumentada, de una información anterior que llamaba la atención por su desmesura: ‘El Santander sortea los ‘contratos de cero horas’ con acuerdos de una hora’. El texto de Sarah O’Connor y Jim Pickard reivindica lo que se da a entender que son ‘revelaciones’ de gran calibre. Pero los datos no se compaginan con ese despliegue: resulta que 371 empleados de los 3.731 destinados al servicio de atención al cliente de Santander UK tienen esos contratos de una hora.
En perspectiva, esos 371 contratos representan el 10% del departamento, pero sólo un 0,04% de los 903.000 contratos de cero horas existentes en el país, de acuerdo con el último censo. Este tipo de contratos, vigentes desde finales del siglo pasado, han dado lugar a polémicas y discusiones sin fin, pero se han integrado como mecanismo flexible en una economía ágil como la británica.
Entonces, ¿por qué tanto aspaviento, tanto titular, tanta tipografía? ¿Tiene algo que ver con el Brexit? ¿O con los nuevos dueños de FT, los japoneses de Nikkei? ¿O con las inversiones que varias otras empresas japonesas han prometido para después del Brexit?
El caso es que una hora no sólo es el infinito más que cero horas: es una garantía mínima con un salario mínimo garantizado que extrapolando equivale a 17.366 libras anuales. Pero como destacan los propios periodistas O’Connor y Pickard, el Santander UK ha puntualizado que la media de horas que trabajan esos contratados no es de una hora al mes, doce al año, sino 386 horas anuales. FT añade: ‘El Santander dice que sus sindicatos están muy al corriente de los contratos de una hora y ‘apoyan’ esa flexibilidad. El banco envió a FT un email con una cita del secretario general de Advance, un sindicato específico del Santander, que dice que los contratos ‘no deberían confundirse con los de cero horas’ y que son ‘ideales para estudiantes y casos como bajas por maternidad’.
La gran diferencia: los contratos de cero horas no obligan a nada, mientras que con los de una hora la entidad garantiza al menos esa hora mensual, que suele ser más. En el fondo, estos nuevos contratos son un avance sobre los de cero horas, aunque es evidente que no acaban con la precariedad. A las críticas de por qué hay casi un millón de contratos de cero horas cuando el paro está en mínimos del 4,7%, los expertos responden que en realidad suponen el inicio de una nueva vía de empleo.
En cuanto a que hay parlamentarios que cuestionan estos contratos de una hora, FT a duras penas puede hablar en plural. Cita al laborista David Hanson, antiguo ministro de Trabajo: son ‘sencillamente inaceptables’, pero no dice por qué, y pide que ‘el Gobierno condene al Santander y no permita anuncios de esa clase en las oficinas de empleo’. Tal vez la redacción de los anuncios de un hora no era de lo más afortunada, en verdad.
Una segunda parlamentaria laborista, Melanie Onn, ha escrito a Nathan Bostock, el CEO de Santander UK para pedirle más información al respecto. Y muestra su extrañeza por el hecho de que una gran organización recurra a ese tipo de contrato. Pero las soluciones que sugiere no son nada buenas, sino más bien peores: que haya una lista de gente de la que se pueda llamar en casos de necesidad pero ‘sin tenerlos atados por un contrato’, o que se eche mano de actuales empleados para esas funciones temporales. Eso cerraría la puerta a muchos demandantes de empleo.
A favor de los contratos de una hora se ha manifestado Damian Green, secretario de Trabajo y Pensiones: hay encuestas que demuestran que los empleados a cero horas tienen ‘una tasa de satisfacción por encima de la media’ de todos los trabajadores. De hecho, la tasa es del 60%.