La con­tra­ta­ción diaria en la Bolsa es­pañola apenas su­pera los 1.500 mi­llones dia­rios

Los inversores paran las máquinas en Bolsa pese a los cantos de sirena de los 'brokers'

El rally de fin de año no es im­po­si­ble, pero Cataluña man­tiene pa­ra­li­zados a los fondos

Bolsa de Madrid
Bolsa de Madrid

La in­de­fi­ni­ción se ha apo­de­rado casi com­ple­ta­mente de la bolsa es­pañola. El Ibex 35, que en el arranque del mes de no­viembre llegó a en­ca­denar 10 caídas con­se­cu­tivas -igualó su ré­cord de des­censos en­ca­de­nados que da­taba de di­ciembre de 2015- trata de aga­rrarse al clavo ar­diendo de los 10.000 puntos en el tramo final ya de un mes de no­viembre muy di­fí­cil. Más allá de la de­bi­lidad de las co­ti­za­cio­nes, más preo­cu­pante aún es el paron de las ci­fras de ne­go­cio.

En las últimas sesiones, la contratación ha caído hasta niveles que superan a duras penas los 1.500 millones de euros diarios. Una cifra de derribo, más propia de un mercado estancado que de otro que afronta el final del ejercicio con la expectativa de un rally de última hora. Poco importa que en los últimos días algunas firmas de bolsa de primera fila intenten animar el cotarro con mensajes muy optimistas que de momentos los inversores se limitan a escuchar.

Por ejemplo, Mirabaud asegura que la Bolsa española está en un "magnífico" punto de entrada para invertir y cree que sus ratios son atractivos. Está más barata respecto al índice Stoxx 600 y su rentabilidad por dividendo también es mayor. Y Goldman Sachs cree que la renta variable española representa una oportunidad táctica por que se puede cerrar pronto la brecha de valoración que hay en estos momentos entre el Ibex y el índice MIB de Italia.

Pero, de momento, los inversores institucionales observan pero no actúan, con los brazos casi cruzados. La próximidad de las elecciones del 21 de diciembre en Cataluña hace que los gestores opten por la liquidez a la espera del resultado de los comicios. El temor a que el nuevo mapa político catalán reedite las tensiones separatistas es demasiado fuerte en estos momentos. En muchos cuarteles generales la orden es clara: parar las máquinas hasta que el cielo se despeje.

"No hay por qué descartar un rally, pero lo cierto es que cada semana se complica más. Las grandes gestoras internacionales se limitan a tomar posiciones o a deshacerlas en valores muy concretos o en aquellos en los que hay movimientos corporativos, como Abertis, Axiare o NH. Pero, en líneas generales, el nivel de actividad es muy bajo. Resulta difícil creer que se puede recuperar mucho antes de las elecciones", señalan en una gran gestora nacional.

La inactividad ha llegado a los grandes valores. Por ejemplo, los bancos, sin cuya aportación una rally de final de año es imposible. Las cotizaciones del sector están viviendo un mes de noviembre dificil (por ejemplo, Bankia ha perdido de nuevo el soporte de los 4 euros y BBVA está poniendo en riesgo el de los 7) con unas cifras de contratación muy discretas. Definitivamente, el mercado ha entrado en la mayor fase de indefinición en lo que va de año.

Con una subida anual de alrededor del 7% muy inferior a la de la media de las grandes bolsas mundiales, el Ibex 35 afronta las últimas cinco semanas del año sin grandes argumentos para intentar la remontada. El peso perdido por España en las carteras internacionales durante la crisis de Cataluña no se ha recuperado. Ni hay visos de que lo gana a corto plazo. Con las grandes carteras en modo 'pause', toca esperar acontecimientos.

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