El millonario rescate de buena parte de la banca española, sobre todo de las antiguas cajas de ahorros con problemas, se confirma cada día más como un pozo sin fondo. Desde hace tiempo, tanto el Gobierno como el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) han confiado en la privatización de Bankia como el principal salvavidas para recuperar buena parte del dinero público inyectado en el sector bancario.
Sin embargo, la recuperación total de los casi 22.500 millones destinados a la entidad intervenida, algo que se presume totalmente imposible, apenas cubriría el 42% de todo el dinero público invertido en la reestructuración. Según los últimos datos del Banco de España, de los 53.553 millones aportados por el FROB tan sólo se han recuperado 2.686 millones, apenas un 5% del total, a los que habría que sumar los 1.304 millones por la venta de un 7,5% de Bankia a finales de febrero de 2014.
Desde entonces, tanto el ministro de Economía, Luis de Guindos, como los distintos responsables del FROB han esperado una nueva oportunidad para otra desinversión en Bankia. En cambio, el fondo público ha acumulado más participación en la entidad presidida ahora por José Ignacio Goirigolzarri, como consecuencia de las sentencias judiciales o los acuerdos con los minoritarios que acudieron a la salida a bolsa bajo la presidencia de Rodrigo Rato. En concreto, el FROB ya roza el 65,3% del capital de Bankia mediante el control total de su matriz, BFA.
Los cálculos del Banco de España difieren de manera sustancial con las cuentas que argumentaba el propio José Ignacio Goirigolzarri sobre el dinero público recuperado de Bankia. Según el banquero, a la cantidad señalada por la venta del 7,5% se añaden los dos dividendos repartidos. La cifra total es de 1.627 millones de euros, a los que se sumarían unos 4.500 por el canje de preferentes y acciones.
En total, el Estado habría recuperado unos 6.000 millones de euros de Bankia. No obstante, aún restarían 16.500 millones de ayudas que deberían recuperarse de una u otra manera. Los futuros dividendos no parecen suficientes para alcanzar ese montante millonario y la cotización de sus acciones por debajo del euro tampoco invita a nuevas desinversiones por parte del FROB.
Vacío de poder
El actual equipo gestor de Bankia siempre ha dejado en manos del FROB, su principal accionista, la decisión de futuras ventas de paquetes accionariales. Junto a los condicionantes bursátiles, la incertidumbre política que se vive desde diciembre de 2015 tampoco ayuda a clarificar cualquier decisión al respecto.
"Sería bueno tener un gobierno pronto y poder marcar la hoja de ruta de la privatización", sostenía el consejero delegado de Bankia, José Sevilla, a finales de julio durante la presentación de los resultados correspondientes al primer semestre.
La falta de un Gobierno estable también complica algunos otros movimientos corporativos en el futuro de Bankia, como la manejada fusión con BMN (la otra entidad controlada accionarialmente por el FROB) y que el propio José Ignacio Goirigolzarri veía con un perfecto encaje en su grupo hace un par de meses.
Al margen de todas estas potenciales operaciones, el grueso de las ayudas públicas a la banca parecen ya darse por perdidos. A los más de 47.000 millones de euros esfumados en todo el proceso de reestructuración del sector, el Banco de España alerta de los 10.400 millones de pérdida esperada por los esquemas de protección de activos (EPA) que se otorgaron a Liberbank por la integración de la CCM, a Kutxabank por quedarse con Cajasur y la venta de Banco CAM a Banco Sabadell.
Esas pérdidas ya están provisionadas tanto en los estados financiero del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) como en los del FROB, al que le correspondería el grueso del montante total: unos 918 millones de euros, según los últimos datos del propio Banco de España.