El nuevo consejero delegado del Popular asume, de manera oficial su cargo, desde el pasado jueves, 1 de septiembre. Eso sí, Pedro Larena no se ha visto las caras con los directivos del grupo presidido por Ángel Ron hasta el inicio de esta semana, asumiendo casi todas las decisiones ya adoptadas desde la macroampliación de capital cerrada hace unos meses y que considera como una medida de lo más acorde para el banco.
Eso sí, el nuevo número dos del Popular ha evitado en su primer encuentro con los directivos de la entidad cualquier detalle sobre el nuevo plan de optimización operativa, ya anunciada por el director financiero, Francisco Sancha, durante la presentación de los resultados del primer semestre, tras el cese o prejubilación unos días antes del anterior consejero delegado, Francisco Goméz.
"El análisis requiere aún de mayor profundidad y lo detallaremos cuando esté concluido", se ha limitado Larena a decir sobre dicho plan ante la alta dirección del grupo financiero. Hasta el momento, lo único que se sabe de este plan es que originará un ahorro de unos 175 millones de euros a partir de 2017, con una inversión de 375 millones de euros que ya estaba incluida en el plan estratégico hasta 2018 anunciado a la par que la macroampliación de capital antes mencionada.
En algunos círculos financiero se ha barajado el cierre de unas 300 oficinas en España y la reducción de hasta unos 3.000 empleados en el grupo, cifras que no se han confirmado de manera oficial. Los planes del banco, según fuentes de la entidad, es que el plan se cierre durante las próximas semanas y se pueda conocer al detalle a finales de octubre, coincidiendo con los resultados del tercer trimestre, los primeros que presente el nuevo consejero delegado del Popular.
Herencia asumida
El estreno de Pedro Larena como consejero delegado del Popular es una de las principales novedades que aporta el arranque del nuevo curso financiero, ya que el político parece estancado en un bucle permanente que no permite vislumbrar la creación de un nuevo Gobierno nacional.
Por lo manifestado ante la alta dirección del banco, el nuevo consejero delegado del Popular asume como propio desde la ampliación de capital hasta el división entre el negocio rentable y el lastre del inmobiliario, que pasa por la más rápida venta de los activos tóxicos acumulados en los tiempos de la burbuja del ladrillo.
En ese sentido, Pedro Larena, procedente de Deutsche Bank y Banesto entre otras entidades, ofrece un perfil continuista con la estrategia que ya se había trazado en el consejo de administración que preside Ángel Ron. Diversas fuentes consultadas coinciden en que esa postura del nuevo consejero delegado era la que cabía esperar, sobre todo con la premura con la que se anunció su nombramiento para el 1 de septiembre.
El mes de agosto, en teoría, no iba a suponer un tiempo perdido en los planes de futuro del banco, según fuentes oficiales consultadas. Eso sí, el plan de "optimización operativa" aún se encuentra en un "análisis de profundidad", los mismos términos utilizados por el director financiero, Francisco Sancha, en la presentación de las cuentas correspondientes al primer semestre.
Hasta el momento, el nuevo consejero delegado del Popular no ha comunicado participación significativa en el capital del banco, aunque Pedro Larena es consciente de la vinculación de consejeros y directivos con su entidad. Su antecesor, Francisco Gómez, se retiró con un 0,003% del capital en su poder y con derechos de acción por un 0,013% según los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).