La mayoría de los banqueros españoles reconocen desde hace tiempo la necesidad de mejorar la rentabilidad de sus entidades. Los esfuerzos para lograr un nivel suficiente que cubra el coste del capital han sido numerosos, incluso dolorosos con más recortes de plantillas y redes de oficinas. Sin embargo, no han logrado sus frutos por el momento.
Los datos individuales de algunas entidades sí han reflejado una mejora de la rentabilidad, como en los casos de Bankinter y Bankia. Pero la media de ROE tanto de los miembros de la Asociación Española de Banca (AEB) como de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) desbarata los avances puntuales que se hayan podido lograr en lo que va de ejercicio.
Al cierre de junio, los bancos de la AEB sufrían un retroceso de su ROE hasta el 7,56%, muy por debajo del 9,89% que gozaban en igual periodo de 2015. La evolución de sus cuentas de resultados también ha mostrado cómo sus beneficios han mermado en la comparativa interanual y las mejoras se limitan a la reducción de la morosidad (sobre todo en el consolidado de grupos) y en las ratios de capital (CET1 del 12,43%).
Aunque menos acusado, el descenso también se produce en la media de las entidades adheridas a la CECA. Su ROE pasa de un 7,6% en junio de 2015 a un 6,5% en la primera mitad del actual ejercicio. Sus mejoras también se limitan a la morosidad (9,1%) y a capital (CET1 del 12,6%). Respecto a la primera variable, es inferior a la que muestran los bancos de la AEB en sus cuentas individuales (10,01%).
En cambio, la ratio de eficiencia de las antiguas cajas y las que aún mantienen esta naturaleza jurídica (Pollença y Ontiyent, tan sólo) empeora por encima del 50%, a pesar de la importante reducción de los gastos (del 17% en los de personal). En cambio, los bancos de la AEB registran un cierto incremento de los gastos (4,5% en el consolidado de grupos).
Mejor que otros
La mayoría de los planes anunciados sobre la reducción de plantillas y sucursales se justifican en la necesidad de esa mejora en rentabilidad y eficiencia. Algunos expertos, como el profesor de economía y finanzas en Bangor Business School, Santiago Carbó, restan importancia a esta variable, ya que la eficiencia media de la banca española es de un 48,64% frente al 61,64% de media en la Unión Europea.
"La diferencia se ha conseguido por la reestructuración salvaje de los últimos años en el sector financiero español. Pese a todo, tendremos que hacer algo más en gastos", reconoce el profesor Carbó ante la debilidad del negocio bancario y los enormes retos a los que se enfrentan todos los bancos, incluidos los nacionales.
El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, ya reconoció que el reto de recuperar la rentabilidad es un camino muy duro y descartó que se vaya a volver a un ROE del 20%, como se tenía en los años previos a la crisis. Incluso, Roldán considera que esos elevados niveles de rentabilidad tampoco serían muy sanos en unos momentos en los que las exigencias de capital son cada vez mayores.