Mientras, el 70% de las entidades europeas no cotizan en bolsa ni se asoman a los mercados con distintas emisiones. Eso sí, sobre Ibercaja y Unicaja aún sobrevuela la necesidad de su salida a bolsa. Tan sólo Kutxabank ha dicho nones.
Gobierno, reguladores y el propio sector financiero asumían hace un lustro el mantra de que Bankia tenía que convertirse en una entidad financiera cotizada. Era casi una cuestión de Estado, aún bajo el último Gobierno del socialistas José Luis Rodríguez Zapataero.
Su salto al mercado bursátil se vio acompañado por el de Caixabank, casi como una prolongación de lo que ya habían hecho mediante Criteria, y de Banca Cívica, la entidad capitaneada por Caja Navarra, que acabó bajo el paraguas del grupo presidido por Isidro Fainé ante la poca viabilidad en solitario.
Aquella colocación bursátil de Bankia, un grupo creado por la integración de siete cajas de ahorros y que pivotaba sobre Caja Madrid, ahora se cuestiona hasta por el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos.
Mientras, el proceso judicial por la condiciones en las que se produjo la colocación de la entidad continúa, con Deloitte, el auditor del banco ahora nacionalizado, señalando como máximos responsables a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España. El actual subgobernador, Fernando Restoy, se encuentra en el centro de la polémica, ya que en el momento de la salida a bolsa de Bankia era el vicepresidente de la CNMV. Restoy descarta que se trate de un ataque personal, aunque reconoce "relaciones complejas" con el Ministerio de Economía en los últimos tiempos.
Lo más curioso de todo este complejo asunto es que el 70% de las entidades supervisadas por el MUS (el supervisor único europeo) no cotizan en mercado bursátil alguno, según datos del propio Banco de España. El 59% de las mismas no ha emitido bonos convertibles y el 18% tampoco ha ofertado deuda subordinada.
Las cajas de ahorros alemanas ('Sparkassen') son las más numerosas entre ese tipo de entidades que no se someten al juicio del mercado, como les gusta aconsejar a los mayores liberales en este terreno. Incluso, esos bancos públicos han logrado escapar del escrutinio continuado del Banco Central Europeo (BCE) y de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) sobre niveles de solvencia.
Según el propio subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, estas entidades que aún no cotizan deberán "previsiblemente" hacer ajustes en su modelo de negocio, de modo que "este se adecúe al cambio en el tamaño y la composición de los balances bancarios que exige la nueva normativa".
Salidas pendientes
Si la salida a bolsa de Bankia fue todo un asunto de Estado, sobre algunas otros bancos creados por la fusión de cajas de ahorros aún pesa dar el salto definitivo para convertirse en entidades cotizadas. El consejero delegado de Ibercaja, Víctor Iglesias, ya ha indicado que su intención es estar listos para dar ese paso en otoño, siempre que se den las circunstancias oportunas del mercado.
La Unicaja aún presidida por Braulio Medel también arrastra esa asignatura pendiente de convertirse en un banco cotizado. Eso sí, en el grupo financiero malagueño no parece que haya demasiado premura sobre ese paso. La compleja integración de Banco CEIIS (las antiguas Caja Duero y Caja España) y la comprometida situación judicial del propio Medel han aparcado el momento idóneo para convertirse en un banco cotizado. A todo ello se suma la volatilidad de los mercados.
Por el momento, Kutxabank es la única que ha anunciado de manera abierta su oposición a convertirse en un banco cotizado. Mientras tanto, el futuro de BMN, el banco creado en torno a Caja Murcia, parece más ligado a Bankia, con un integración, que a una salida a bolsa.