El grueso de los inversores centra su atención en el referéndum del ‘Brexit’ del 23-J que, dadas las fuertes repercusiones globales que están en juego, marcará la evolución futura de las bolsas.
Indudablemente, un resultado favorable a la permanencia británica en la Unión Europea debería dar paso a un fuerte rebote, que permitiría que los mercados recuperasen buena parte del terreno perdido durante el periodo de incertidumbre, al tiempo que repuntaría la libra frente a todas las divisas mundiales y mejorarían sensiblemente las cotizaciones de los valores con intereses en Reino Unido, así como las de los valores españoles ligados al turismo.
Por el contrario, es decir, si las cosas se tuercen y triunfa el ‘Brexit’, las tensiones se dispararían en los mercados, propiciadas por la huida de los inversores hacia la calidad, lo que se traduciría en un desplome de elevadas proporciones y nuevos mínimos anuales. Un escenario que ciertos expertos opinan que haría recordar los descalabros que acompañaron a la quiebra de Lehman Brothers.
Además, algunos sectores temen que, dado el auge de las corrientes populistas y nacionalistas en muchos países, pudiera originarse una espiral de movimientos similares que pusieran en peligro la UE. En cualquier caso, el grueso de los líderes políticos y financieros se ha manifestado en los últimas semanas a favor de la permanencia de Reino Unido, lo que ha hecho que muchos inversores del Viejo Continente tengan claro que no hay alternativas a la Unión Europea y que, aunque el proceso hacia la unión fiscal es demasiado lento y complicado, una ruptura no es la solución.
El referéndum se ha planteado bajo el prisma de la importante contribución de Reino Unido -el manido y conocido argumento de que doy más de lo que me aportan-, pero sin considerar realmente que esa aportación abre las puertas a un mercado que resarce holgadamente a la economía británica de su contribución. El ‘Brexit’, en principio, supondría un fuerte golpe al PIB británico, que depreciaría la libra y empobrecería a sus ciudadanos, lo que, además tendría negativas repercusiones en el resto de la UE, pues no sólo caería con fuerza la llegada de turistas británicos, sino que, además, muchos productos continentales no podrían venderse en Reino Unido, pues resultarían demasiado caros en la nueva situación. Y sin que, además, la caída de la libra potenciara las exportaciones británicas hacia el Continente, ante el nuevo escenario arancelario. Claro que la desconexión no sería automática, el Tratado establece para este supuesto un periodo transitorio de dos años, por lo menos.
Ciertos inversores parecen convencidos de que este 23-J, independientemente del resultado del referéndum, va a marcar un antes y un después en el seno de la UE, pues seguramente obligará a acelerar la velocidad para alcanzar una unión fiscal, que evite nuevas veleidades en este sentido.
El otro foco de incertidumbres, las elecciones españolas del 26-J, aunque con una carga global inferior, a juzgar por las encuestas presentará un panorama postelectoral muy similar al actual, sin que hasta el momento se intuya quiénes terminarán asociándose para formar gobierno. Indudablemente, un triunfo del ‘Brexit’ impulsaría el voto hacia las opciones más populistas y radicales.
En definitiva, el rumbo de la renta variable sigue en el aire, condicionado a los resultados del plebiscito británico y los comicios españoles, con lo que, seguramente, los datos macró pasen casi desapercibidos.
El lunes, en Japón, se publicará la balanza comercial de mayo y, en la Unión Europea, el índice de precios a la producción de Alemania en mayo, si bien acaparará la atención la comparecencia que tiene prevista Mario Draghi a primer ahora de la tarde en el Parlamento Europeo. En esta sesión entran en vigor los cambios que acordó el CAT de los índices Ibex en su última reunión, salen OHL y Sacyr y entran Cellnex y Viscofán.
El martes, en la Unión Europea, subastará el Tesoro español letras a 3 y a 9 meses y se conocerá el índice ZEW de sentimiento económico de Alemania en junio. En EEUU, sin datos significativos, la atención será acaparada por la comparecencia semestral de la presidenta de la Fed ante el Senado.
El miércoles, en la Unión Europea, se dará a conocer la confianza del consumidor de la Eurozona en junio, y, en Estados Unidos, las ventas de viviendas de segunda mano en mayo.
El jueves, la atención de los mercados será acaparada por la celebración del referéndum sobre el Brexit, en la UE, se publicarán los PMIs manufactureros y de servicios de junio en la Eurozona, Alemania y Francia. A su vez, en EEUU, se conocerán las peticiones de subsidios de desempleo cursadas la pasada semana, el PMI manufacturero de junio, las ventas de viviendas nuevas en mayo, el índice de indicadores adelantado de mayo.
Finalmente el viernes, en la UE, se conocerán: el PIB de Francia en el primer trimestre y el índice IFO de clima empresarial de Alemania en junio. Por su parte, en EEUU, se publicarán los pedidos de bienes duraderos de mayo y la confianza del consumidor de la Universidad de Michigan en junio.