Todo ello, sin abandonar el movimiento lateral que arrastra en las últimas semanas y del que no saldrá mientras no logre vencer las zonas de resistencia existentes entre los 9.250 y los 9.500 puntos.
En principio, la duración del actual ‘impasse’ parece que podría prolongarse, por lo menos, hasta finales de junio, ya que dicho mes será crucial para los mercados, pues, con la reunión que celebrará la Fed los días 14 y 15, la celebración, el día 23, del referéndum del Reino Unido y la repetición de las elecciones españolas el día 26, se resolverán varios interrogantes de peso.
Indudablemente, tras las dudas sobre el crecimiento económico que han resurgido en las últimas semanas, los mercados deberían recibir con cierto entusiasmo cualquier noticia relativa a una subida de tipos por parte de la Fed, ya que equivaldría a lanzar el mensaje de que la economía estadounidense evoluciona pujante.
Y, la impresión de que la Fed decidirá elevar tipos dentro de un mes, se extendió el pasado viernes, tras haber conocido que las ventas minoristas crecían por encima de las previsiones.
Por otra parte, un resultado del referéndum británico favorable a la permanencia del país en la Unión Europea, supondría la reanudación o normalización de inversiones, transacciones, operaciones financieras, etc., que últimamente se han visto ralentizadas y que han comenzado a pesar sobre la actividad económica, al tiempo que propiciarían una revalorización de la libra esterlina. Incluso, el Banco de Inglaterra (BoE), tras su reunión de la pasada semana, advirtió negativamente de las consecuencias de un hipotético ‘Brexit’, llegando a considerar la posibilidad de que tanto los ciudadanos como las instituciones británicas demorasen sus gastos, reduciendo la demanda y haciendo aumentar el desempleo. El portavoz del BoE dijo: “Esta combinación de influencias en demanda, oferta y la tasa de cambio podría llevar a un sendero de crecimiento materialmente más bajo y un sendero notablemente más alto para la inflación”.
Si una vez resueltos estos interrogantes se mantiene el rebote del petróleo, los temores recesivos deberían diluirse, lo que dejaría entrever un panorama más optimista para el tramo final del ejercicio; todo ello, siempre que no surjan nuevos sobresaltos en el entorno internacional. Sólo una ruptura de los mínimos del pasado febrero haría sonar las alarmas, ya que abriría la puerta a caídas de mayor entidad.
En cualquier caso, ya en estos momentos un sector del mercado considera que los resultados empresariales mejorarán de forma gradual en los próximos trimestres, a medida que se supere la crisis de las materias primas, estimándose que, en el momento que se confirme este extremo, desaparecerán muchos de los recelos que frenan los mercados en los últimos tiempos. Claro que las dudas sobre el final de la corrección no van a desaparecer, por completo, hasta que los índices superen los máximos de 2015, lo que indicaría que tenían el camino abierto hacia los máximos históricos.
Por su parte, la economía española está creciendo y todo parece indicar que mantendrá esta evolución de forma sostenible en los próximos años, siendo importante destacar que este despegue se está consiguiendo sin la colaboración del sector de construcción, cuyo impulso ha sido determinante en relanzamientos anteriores.
En los próximos días, ya con el periodo de resultados empresariales del primer trimestre, prácticamente, finalizado, el proceso de formación de las cotizaciones volverá a centrarse en los datos macroeconómicos.
El lunes, las únicas referencias significativas se publicarán en EEUU: el índice manufacturero Empire State de la Fed de Nueva York de mayo y el índice de confianza de la asociación nacional de promotores y constructores (NAHB) de mayo.
El martes, en Japón, se dará a conocer la producción industrial de marzo. En la Unión Europea, se publicarán la balanza comercial de Italia en marzo, el IPC de Reino Unido en abril y la balanza comercial de la Eurozona en marzo. En Estados Unidos, por su parte, se harán públicos los datos del IPC, las viviendas iniciadas, los permisos de construcción solicitados, la producción industrial y la utilización de la capacidad productiva, todos ellos relativos al mes de abril.
El miércoles, en Japón, se publicará el PIB del primer trimestre. En la Unión Europea, se conocerá la evolución del desempleo de Reino Unido en abril y los datos del IPC de la Eurozona del mismo mes. Y, en EEUU, se harán públicas las actas de la última reunión de la Fed.
El jueves, se conocerá la tasa de paro del primer trimestre en Francia y las ventas minoristas de Reino Unido en abril. En EEUU, se darán a conocer el índice manufacturero de la Fed de Filadelfia en mayo, las peticiones de subsidios de desempleo cursadas la semana anterior y el índice de indicadores adelantados de abril.
Finalmente el viernes, en la UE, se publicará la balanza comercial de España en marzo y el índice de precios a la producción de Alemania en abril. Por su parte, en Estados Unidos se conocerán las ventas de viviendas de segunda mano en abril.