OPINIÓN

Trescientos metros cuadrados en Diego de León, próxima residencia de Cospedal

Cospedal da por per­dida la pre­si­dencia de Castilla-La Mancha

El número de hipotecas firmadas en Madrid cae en picado: un 34,4 ...
Calle Diego de León.

María Dolores de Cospedal pa­rece pensar que no re­pe­tirá man­dato en la pre­si­dencia de la Comunidad de Castilla-La Mancha. Tan es así que la se­cre­taria ge­neral del Partido Popular, re­si­dente en un ci­ga­rral de lujo en Toledo, pa­rece pre­parar su salto a Madrid, a un piso de 300 me­tros cua­drados en el em­ble­má­tico y ex­clu­sivo ba­rrio de Salamanca de Madrid.

Las últimas estimaciones de voto le dan aún como vencedora, pero con apenas 14 escaños sobre los 25 que tenía. Pero la tendencia a la baja es alarmante, con el candidato socialista, Emiliano García-Page, pisando los talones. Está claro que, si quiere seguir en Toledo, tendrá que pactar para seguir gibernando, algo que sus allegados dicen que no hará.

Tan es así que la ínclita secretaria general del PP no repetirá mandato, por lo visto. De hecho se está preparando con todo lujo de detalles un pisito en Madrid, en el biutuful barrio madrileño de Salamanca. Cerca del domicilio de Luis Bárcenas, para mayor inri.

El pisito, más bien pisazo, está situado muy cerca de la sede social de la CEOE y lleva con reformas desde hace semanas. Día a día, cuando puede, pero con una frecuencia que asusta a los vecinos (hasta dos veces por semana, según comentan algunos), la presidenta de Castilla-La Mancha acude a supervisar las obras y, como indicio de que sus aires políticos caminan por otros derroteros distintos a los de Don Quijote, mete una prisa de miedo a los trabajadores que, paletín en ristre, remodelan la casa.

Debe tener razón la presidenta. Las encuestas, incluso la más favorable, no le dan más que un raquítico triunfo, con una pérdida de más de 11 escaños con apenas cuatro años de muy criticada gestión. Un descalabro que ni siquiera con escándalos de por medio (todavía..., dicen en Toledo), ha tenido su rival política, la candidata a presidenta de Andalucía, Susana Díaz. La socialista andaluza, al menos, salvó los trastos, aunque no haya podido formar aún Gobierno.

Solo hay que hacer unos cálculos muy sencillos para darse cuenta del estado mental que atraviesa la esposa de Ignacio López del Hierro. Según la última encuesta de El País, el PP sacaría en las próximas elecciones del 25 de mayo un total de 14 escaños en Castilla-La Mancha, frente a los 25 que tiene en la actual legislatura. Si en el hipotético caso de que los necesitara -que va a ser que no los quiere o no se los van a dar- se le sumara los cinco de Ciudadanos, tendría 19. Suficientes para gobernar pero -al menos, a priori- parece muy complicado llegar a un pacto con Ciudadanos.

Si la formación de Rivera no ha querido apoyar a Susana Díaz en Andalucía, es previsible que tampoco daría la llave del palacio presidencial toledano a la secretaria general del PP, en el mejor de los casos. Lo cierto es que se complicaría con ella de cara a las elecciones generales de finales de año y perdería credibilidad y opciones en la batalla por la Moncloa, mucho más importante. Al fin y al cabo es la secretaria general del PP de Mariano Rajoy.

Es cierto que el soclalista Emiliano García-Page tampoco lo tiene muy fácil. Con los diez escaños que le dan las encuestas y sumando los cuatro de Podemos, el resultado no cuadra. ¿Qué hacer? Pues en el PSOE manchego lo tienen claro. "Vamos hacia arriba a toda marcha y Cospedal retrocede", dicen. Habrá que esperar a lo que sucede en apenas los quince días que quedan de campaña.

Pero, para muchos, lo más importante es el futuro de la política popular más retorcida de los últimos años. Es obvio que Cospedal quiere irse de Toledo y saltar a la escena nacional. Lo del piso en el selecto barrio de Salamanca, en Madrid, no es más que un indicio, pero muy revelador. De hecho, los suyos lo justifican con urgencia. "Necesita pasar mucho tiempo en Madrid, como secretaria general, y además tiene a Soraya (la vicepresidenta Sáenz de Santamaría) al acecho. Mejor es estar cerca del poder y no fajándose en la oposición en La Mancha, por muy cerca que esté de la capital".

A quien tendrá cerca en Madrid, si viene, es a Luis Bárcenas, el ex tesorero del PP y ex presidiario de la cárcel de Soto del Real, que vive en la calle Velázquez. Y no es que el piso de la de Albacete esté cerca de la sierra madrileña. Está en el mismo barrio madrileño que el de Bárcenas, a menos de medio kilómetro en línea recta. ¿Vecinos pero no juntos? ¿O sí?

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