La situación creada por ambas partes es poco menos que surrealista. Los actuales gestores del BPI y del Banco Comercial Portugués (BCP) han dado por buena la posibilidad de una fusión entre los dos bancos lusos, pero la hija del presidente angoleño José Eduardo dos Santos, con apenas el 18% de participación y dandoi a entender que con sus derechos de voto puede vetar cualquier operación, ha rechazado tanto la OPA de la entidad española como el informe del consejo del BPI, igualmente hostil a CaixaBank.
La entidad financiera catalana ha reaccionado en el mismo sentido. Casi de manera inmediata decidió rechazar una eventual mejora del precio de la OPA, aunque manteniéndola, con lo que CaixaBank se reserva su decisión definitiva para el final del proceso. Tiene casi la mitad del capital en el BPI y eso le da ventaja, por lo menos a la hora de poner en valor su participación.
Sin diálogo
De cara al público, no queda por lo tanto ningún espacio al diálogo entre ambas partes. Pero los mercados no opinan lo mismo y la acción del BPI sigue subiendo: el viernes superó los 1,50 euros, un 15% más que el precio de la oferta española. Solo cabría así una explicación: si CaixaBank quiere de verdad hacerse con el control del BPI, que pasa por tener más de 50% del capital y de los derechos de voto (a través la supresión estatutaria actual del 20%), no tendrá mas remedio que mejorar su oferta y alcanzar un acuerdo con Isabel dos Santos. En caso contrario, a la entiudad presidida por Isidre Fainé solo le quedaría una salida: pasar de "comprador" a "vendedor".
La clave del problema está en el Banco de Fomento de Angola (BFA), donde el BPI tiene 50,1% del capital, frente al 49,9% del grupo Unitel, de Isabel dos Santos. Isidro Fané y Gonzalo Cortázar han dejado claro desde el inicio que el futuro del BFA está exclusivamente en manos del BPI, que para adecuarse al nivel de riesgos exigido por el Banco Central Europeo (BCE) no podrá seguir controlando el banco angoleño. Con que solo quedaría una solución: ceder el control del BFA a Isabel dos Santos, que ya posee otro banco angoleño y estaría probablemente más interesada en una operación de consolidación en Angola que en Portugal.
De África nada
Llama no obstante la atención que Caixabank no quiera saber nada del futuro del BFA, que lleva tiempo funcionando como la "gallina de los huevos de oro" del BPI. De hecho, los últimos diez años el banco angoleño tuvo un peso medio del 70% en los resultados consolidados del banco luso: entre 2005 y 2014, aportó al BPI un total de 900 millones de euros.
El último año, por ejemplo, el BFA ganó 245 millones, de los cuales casi 117 millones fueron dividendos para el BPI, que sin la operación angoleña hubiera registrado un déficit de 278,5 millones. Con un 49,9% del BFA, el BPI podría consolidar Angola por puesta en equivalencia aceptado por el BCE.
En todo o caso, una de las razones que condujo a Isabel dos Santos a rechazar la oferta española y a votar también contra el informe del consejo del BPI (fue aprobado por mayoría, con cuatro votos en contra), fue ostensiblemente el futuro del BFA. Al margen de la fijación de un "precio justo" de 2,26 euros por cada acción del BPI, la empresaria angoleña quería que el consejo del banco denunciara la "falta de proximidad" de la institución catalana con las operaciones del banco en Angola y en Mozambique, subrayando al respecto que la documentación de la OPA no hace ninguna referencia a "planes estratégicos" para los mercados africanos .
Opa inoportuna
La segunda mujer más rica de África denuncia además la "inoportunidad" de la OPA, porque pondría en riesgo la participación del BPI en la carrera hacia la adquisición de Novo Banco (NB), que concentra los "activos buenos" del antiguo BES y cuya subasta sigue prevista para los próximos meses.
Cabe recordar que CaixaBank manifestó su interés por NB mucho antes de anunciar su OPA, pero tiene ahora una posición ambigua: solo participaría en la operación si llegara a controlar más de 51% del capital y los derechos de voto del BPI, y hasta podría impedir una oferta por NB, la cual necesitaría el apoyo de 75% de la Junta de accionistas.
La rivalidad entre Isabel dos Santos y CaixaBank funciona un poco como una partida de "póker mentiroso". Buena prueba de ello es la idea de la fusión BPI/BCP lanzada por la empresaria angoleña, como si fuera más factible y más interesante que la adquisición de NB. La operación ya fue planteada en 2006/2007, en un escenario muy diferente y más favorable, cuando ambos bancos aun sumaban 17.000 millones de capitalización (más de diez veces la actual). Desde entonces, su estructura accionarial ha cambiado mucho, y sobre todo la crisis pasó factura a ambos bancos, que tuvieron que solicitar cuantiosas ayudas públicas.
Puede que la fusión BPI/BCP no sea nada favorable a los intereses de CaixaBank. Pero, tomando como referencia la relación actual de fuerzas en ambas entidades, el nuevo banco tendría a la institución catalana como principal accionista, con una participación del 13,9%, pero frente al 20% para el conjunto del capital angoleño: con el 19,44% del BCP, el petrolero Sonangol tendría una participación del 13,5%, Isabel dos Santos 5,8%, y Interoceánico 1,8%. La fusión diluiría también el capital de los otros accionistas de referencia de ambos bancos, como el Sabadell, que tiene un 4,3% del BCP y sería el 4º mayor accionista del BCP/BPI con un 2,99%.
Y sin fracasan las dos opas
Sin embargo, aunque la OPA fracase y nada cambie en relación con el "etope estatutario del 20% puesto a los derechos de voto, el BPI no podrá tomar ninguna iniciativa de adquisición o de fusión sin el acuerdo de CaixaBank.
Isabel dos Santos argumenta que la fusión BCP/BPI no solo daría lugar a un grupo consolidado líder absoluto por activos, depósitos y créditos, sino que no tendría los problemas legales y los riesgos financieros que plantea la adquisición de NB. Además, al proponer la fusión con el BCP, vuelve a posicionarse como la mejor defensora de los "intereses portugueses y africanos", lo mismo que hizo cuando ponderó entrar en el capital de la brasileña Oi para impedir la venta de Portugal Telecom a la operadora gala Altice.
La conclusión que sacan los expertos y los mercados es que CaixaBank y Isabel dos Santos están condenadas a entenderse, no solo porque tendrían todo que perder y nada que ganar con un conflicto sin resolvcer, sino también porque mirandolo bien tienen intereses convergentes, sobre todo en lo relacionado con el futuro del BFA.
Queda por lo tanto la idea que si CaixaBank quiere de verdad empezar su estrategia de internacionalización por Portugal, concentrándose en el BPI y utilizándolo para hacerse igualmente con el control del BCP o del NB, no tendrá mas remedio, pese a su primera reacción negativa, que mejorar su oferta. Solo así se entiende que la acción del BPI siga ganando terreno, gracias por ejemplo a compras importantes de algunos de sus mayores accionistas, como la familia Violas, que controla un 2,56% del capital.
Gortázar, clave
Un factor de peso en la estrategia de CaixaBank es el profundo conocimiento que el CEO Gonzalo Gortázar tiene del mercado portugués. Antes de llegar a Caixabank, cuando dirigía con Paco Bachiller las operaciones ibéricas de Morgan Stanley, participó en aventuras de gran calado en Portugal, como la laboriosa y polémica venta del grupo Champalimaud al Santander (1997/1999), tras la cual siguió asesorando a Antonio Champalimaud.
Más recientemente, en 2008, también ayudó el BCP a acudir a los mercados para realizar un aumento de capital de 1.300 millones. Gortázar sabe como buscar soluciones para las situaciones más complicadas y para ello cuenta muchos y buenos amigos en Portugal, comentan los analistas portugueses.