Para este viaje no se necesitaban alforjas. Pero mira por dónde, hay otros intereses en juego. Intereses generales, no sólo los particulares de los grandes editores. Porque la primera víctima no deseada de todo este esperpento es el idioma español como punta de lanza de la Marca España.
Lo revela un estudio todavía no hecho público realizado por una entidad de peso, que se ha preocupado de tabular una serie de resultados en las búsquedas de noticias en idioma español. Sin conocerse del todo los datos concretos, el estudio ratifica una constante: los diarios y otros medios informativos españoles se ven menos que antes, en beneficio de los de México, Argentina, Colombia, EEUU y otros países hispanohablantes.
Este descubrimiento es mucho más trascendental que la medición de si las visitas a los medios españoles en internet han bajado un 2% para los grandes diarios, como se trata de hacer creer desde despachos interesados, o 3,3%, el 6%, el 7,2% el 8% y hasta el 9,7%, el 12% o más, de acuerdo con algunos servicios especializados relativos a diferentes medios online.
Paralelamente, las búsquedas llevan a portales de otras latitudes más que antes. No es que esté mal el aprender palabras y modismos latinoamericanos. Nada de eso. Así se enriquece el idioma y se universaliza mucho más con términos encantadores, cantarines, sonoros, rotundos. Pero desde el punto de vista de la Marca España, es el inicio de un descalabro.
El propio portal de Marca España confiesa: ‘El idioma español constituye uno de los principales activos de la Marca España. Su pujanza y su carácter universal hacen de él uno de los principales valores intangibles de nuestro país y, cada vez más, un filón de negocio para muchas empresas del sector turístico’. Las cifras en números redondos que facilita dicho portal no son desdeñables: alrededor de un millón de ‘turistas idiomáticos’ llegan a España anualmente. Se dejan en torno a 2.000 millones de euros.
Ahora bien, ¿de verdad está garantizado que el idioma español seguirá siendo ‘uno de los principales valores intangibles de nuestro país’? A juzgar por el avance del estudio antes mencionado, el descenso de resultados de medios periodísticos españoles es todo un toque de alarma. El futuro se juega en internet, y si no apareces, no existes. Salen perjudicados los editores españoles, grandes y pequeños, y sale perjudicado el país: cuanto menos se vea, más irrelevancia.
El daño colateral al idioma español de España coincide con dos estudios recientes que lo han puesto en cabeza de las lenguas universales. Primero: el español es líder como idioma más feliz entre los diez más hablados del mundo. El estudio de la Universidad de Vermont ha analizado cinco millones de valoraciones sobre 10.000 palabras de cada uno de los diez idiomas. Se seleccionaron según su frecuencia e incidencia en Twitter y otras redes sociales, en prensa de varios países (México para el español), en libros, en programas de televisión, en subtítulos de películas en versión original y en letras de canciones.
Las palabras felices y optimistas se valoran en español mucho más que las pesimistas y negativas. Le siguen el portugués de ambos lados del océano, el indonesio y el inglés. Los últimos son el chino y el coreano, considerados eufemísticamente como los idiomas más ‘equilibrados’ por sacar prácticamente la misma puntuación las palabras optimistas que las pesimistas. También ‘tristes’ son el ruso y el árabe, como cualquiera podría adivinar.
Segundo estudio, todavía mucho más profundo: el español también figura en cabeza de los idiomas más globales, junto con el inglés, el alemán y el francés, muy por delante nuevamente del chino por mucho que lo hablen muchos más millones de persona. Por idioma global, los investigadores del Massachusetts Institute of Technology que han elaborado el estudio consideran los que llegan a más gentes que hablan otras lenguas. Es decir, los más influyentes.
El MIT ha buceado en tres fuentes para su estudio. Una, Twitter, con 550 millones de tuits en 73 idiomas, más o menos el 10% del uso de la red social durante el periodo analizado. Dos, Wikipedia, con 382 millones de textos en 238 idiomas escritos por 2,5 millones de autores y colaboradores. Y tres, el Índice de Traducciones de la Unesco, que consiste en 2,2 millones de libros traducidos en 150 países entre 1979 y 2011 en 1.160 lenguas.
Con todos estos megadatos, el MIT ha elaborado unos mapas de interconectividad entre los idiomas. Aunque un checo sólo hable checo, por ejemplo, es mucho más fácil que entre en contacto, directa o indirectamente, con hablantes de español o de inglés que un chino. El régimen chino trata de ponerle puertas al campo cibernético, y con bastante éxito. Por tanto, los internautas de ese país están más encerrados en sí mismos y el idioma es menos global, mientras el inglés es el gran idioma universal y el español el segundo por sus interacciones.
Pero esta expansión del español puede estar en peligro. En 1975, el periodista Phillip Knightley publicó un célebre libro de título apropiado al fin de la guerra de Vietnam. ‘La primera víctima’ tomaba prestada una máxima atribuida al senador Hiram Johnson: durante la I Guerra Mundial dijo que ‘en una guerra, la primera víctima es la verdad’.
Hay versiones anteriores de la cita, pero ahora la primera víctima de la Tasa Google ha sufrido un tiro en el pie. Es el despropósito de los despropósitos. Lo dicho: ¿Quién es el pinche pendejo huevón responsable de esta boludez pelotuda?