Grandes firmas del sector financiero, de seguros, del mundo de la consultoría, de la logística, la industria y de la alimentación han preparado esas medidas de contingencia con absoluta discreción y siguen en gran medida manteniendo esos planes en secreto para evitar represalias de la propia Generalitat y del híper movilizado colectivo independentista y también para ahorrar a sus trabajadores zozobras que finalmente pueden ser innecesarias.
El principal temor de estas compañías, más allá de convicciones personales, es la eventual expulsión de Cataluña de la Unión Europea y más aún de la zona euro, lo que dificultaría el negocio y mucho más la financiación de sus actividades, y más cuando los dos grandes bancos de la zona ya han dicho que en una Cataluña sin la moneda común su traslado fuera del Principado sería inevitable.
La Asociación Española de la Banca (AEB) y la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA) —en las que se integran, entre otras, CaixaBank, Santander, BBVA, Bankia, Banco Sabadell y Popular— se posicionaba y alertaban de los riesgos que entraña una salida del euro para “proteger a sus depositantes” y dar crédito.
El comunicado de las patronales financieras puso fin a la cautela que la banca había mantenido hasta ahora respecto al proceso soberanista catalán. Los presidentes de CaixaBank, Isidro Fainé, y Banco Sabadell, Josep Oliu, siempre se habían limitado a apelar al diálogo entre administraciones para alcanzar un acuerdo que solventara el encaje de Cataluña en España. Ambas entidades, sin embargo, se sumaron a una declaración institucional que alertaba de los “riesgos” para la “estabilidad financiera” que supondría la ruptura con la legalidad por parte de un eventual Gobierno independentista surgido de las urnas y su “exclusión de la Unión Europea y del euro”.
Empresarios advertidos
Algún que otro prominente empresario se ha atrevido a desvelar esos planes para escapar de Cataluña. Por ejemplo, el presidente la cadena de moda nupcial Pronovias, Alberto Palatchi, enviaba un comunicado a sus trabajadores alertando de que la empresa sería "difícilmente viable" en una Cataluña independiente y de que podría verse obligada a irse del territorio si se produce una secesión.
En el comunicado, Palatchi aseguraba que tiene la "responsabilidad de posicionarse" ante una situación que puede poner en riesgo el futuro de la compañía, ya que una Cataluña independiente, añade, quedaría fuera de la Unión Europea y de la zona euro y aislada en materia económica, política y de seguridad
El presidente de Freixenet y la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, que ha dado la cara en contra del proceso desde hace meses, alertaba también en vísperas electorales de la encrucijada en la que se encuentran muchas empresas y aseguraba que "hay empresarios que tienen un plan B" si las elecciones en Cataluña derivan en la independencia de Cataluña. Así lo aseguraba en una entrevista en la revista 'Tiempo', en la que, aunque dice que no "puede dar nombres", afirmaba que no tiene "ninguna duda" de que hay empresarios con "un plan B" si hay secesión.
El empresario catalán defiende que, si se independiza Cataluña, esta comunidad, España y Europa irían "a peor". "Yo respeto a quien dice que se quiere separar aunque yo no lo crea, pero está claro que la independencia supone una serie de descalabros económicos tanto para Cataluña como para España y Europa misma", afirma.
Al margen de las convicciones personales de cada uno, las suyas como "catalán, español y europeo", Bonet recalca que la independencia tiene unas "consecuencias económicas" que, a su juicio, están claras y cree que es "importante" que los empresarios trasladen a sus trabajadores y colaboradores.
En su opinión, es clave que los empresarios expliquen a sus trabajadores "todo lo que afecta a la marcha de la empresa" y, ante una propuesta de secesión, deben "explicar qué va a pasar si triunfa una propuesta o triunfa la otra". "Es una obligación moral del empresario", ha remachado.
Otros empresarios incluso ya han hecho las maletas. El último por ahora es el multimillonario José Vall Palou, propietario del holding Inversions Fenec. Esta sociedad de cartera, según Crónica Global, representa el mayor grupo agroganadero de España y uno de los principales de Europa. Aglutina tres filiales, Vall Companys, Harinera La Meta --germen del grupo-- y Transegre.
Éstas, a su vez, poseen cerca de 30 subsidiarias, que son titulares de otras tantas instalaciones industriales desperdigadas por toda España. El traslado a Madrid se realizó a mediados de agosto y a velocidad supersónica, mediante un sencillo trámite burocrático.