Entonces, Telefónica cotizaba a un precio de 11,24 euros por acción, pero los inversores exigieron un descuento del 4% para adquirir los títulos, por que el precio de colocación fue de 10,84 euros por acción. Telefónica utilizó los fondos conseguidos en la operación (975 millones de euros) para reducir deuda. El grupo se había comprometido con la comunidad inversora a reducir su nivel de apalancamiento por debajo de los 47.000 millones de euros al cierre de 2013.
Poco menos de dos años después, la cotización de Telefónica está prácticamente en los mismos niveles que entonces. Este lunes cerró en el mercado continuo en el nivel de los 11,47 euros por acción, que hace que en los últimos doce meses el valor haya experimentado un suave descenso del 3% que ha llevado su capitalización bursátil hasta los 53.400 millones de euros.
Más allá del destino que Alierta pueda dar a las acciones propias de la tercera compañía española por valor de mercado tras Banco Santander e Inditex, los analistas creen que el movimiento comprador de acciones propias reside en la confianza del equipo gestor en el potencial alcista de la acción. La cotización, que llegó a alcanzar un máximo de 13,43 euros el pasado cinco de diciembre, retrocedió con fuerza en el tramo final del ejercicio para cerrar en los 11,92 euros, apenas nueve céntimos por encima del cierre del año anterior.
La corrección coincidió con el anuncio, el pasado 15 de diciembre, de que el consejo de administración de British Telecom (BT) se había decantado por la propuesta de fusión de Everything Everywhere (EE), propiedad a partes iguales de Deutsche Telekom y de Orange, frente a la opción de Telefónica. La operación, que es clave en el proceso de reestructuración del negocio de las telecomunicaciones en el Reino Unido, había levantado enormes expectativas entre los accionistas de Telefónica y los inversores que siguen el valor. “Si la estrategia compradora del grupo convence, no hay razón para que la acción no vuelva a los niveles máximos del año pasado”, señalan fuentes bursátiles.
Fuentes cercanas a la compañía aseguran que los movimientos de los últimos siete meses obedecen a la “gestión habitual de la autocartera del grupo. Se aumenta cuando se considera que el precio en bolsa es atractivo”. La realidad es que Telefónica no ha dejado de comprar acciones propias en los último doces meses. Desde enero hasta julio de 2014 la autocartera aumentó desde el 0,84% hasta el 1,85%, y en la segunda parte del año creció otro 1% hasta el actual 2,88%.
Resultados
Por lo tanto, Telefónica se enfrente con el zurrón de la autocartera cargado hasta los dientes a la presentación de los resultados del ejercicio 2014. “Serán claves para la cotización, porque los del tercer trimestre superaron las expectativas y dejaron muy buen sabor de boca. La compañía necesita dar continuidad a las buenas sensaciones para empezar a subir en bolsa este año”, señalan fuentes del sector, que recuerdan que los analistas recibieron muy positivamente las últimas cuentas del grupo.
Firmas como JP Morgan calificaron como “impresionante” el número de altas -370.000 en total- en la televisión de pago y a mejora de los ingresos tanto en fijo como en móvil, mientras que los analistas de Fidentiis o Banco Sabadell destacaron la recuperación del negocio en España.