No ha habido una tregua para los bancos españoles, y por extensión para los europeos, desde que hace una semana terminaran las presentaciones de los resultados semestrales con la publicación de las cuentas del Banco Santander.
De hecho, el grupo presidido por Emilio Botín es el que mejor ha logrado librarse de un ataque en pleno contra el conjunto de la banca y en las últimas cinco sesiones tan sólo se ha dejado un 6,8% de su valor bursátil. El Santander está implantado en Polonia, país desde el que ha partido la advertencia de una invasión de Ucrania por Rusia. Su franquicia en el mercado polaco supone el 6% del beneficio total del grupo, el mismo peso que tiene el resto de Europa y por encima de lo que representa Alemania (5%) o Portugal (2%).
Los bancos más castigados por la volatilidad de los mercados bursátiles en el arranque de agosto son aquellos de tamaño mediano y con su negocio centrado en el mercado doméstico español. Sin embargo, la diversificación geográfica del BBVA tampoco ha librado al grupo presidido por Francisco González (FG) de un severo correctivo en los últimos días, superior al 8% y que deja su evolución en bolsa a lo largo del año en una contracción en torno al 2%.
Algunos analistas sopesan el mayor peso que tendrá España en el conjunto de los resultados del BBVA tras haberse adjudicado hace un par de semanas Catalunya Banc. De hecho, la débil recuperación macroeconómica y el fantasma de una alta morosidad en el mercado español son dos factores muy medidos por los inversores en su valoración de los bancos con un perfil más doméstico.
Presión a los medianos
Las entidades de tamaño mediano han sufrido los mayores descensos en bolsa, sobre todo en las últimas sesiones. Banco Popular se ha dejado algo más de un 11% y su variación en lo que va de año también se encuentra en negativo, al igual que ocurre con el BBVA pero con mayor incidencia. La capitalización del grupo presidido por Ángel Ron no ha podido mantenerse por encima de los 9.000 millones de euros que tenía hace tan sólo unos días.
Banco Sabadell ha logrado, a duras penas, mantener su capitalización por encima de los 9.000 millones gracias a que era uno de los bancos que mayor revalorización acumulaba desde primeros de año. Eso sí, ese incremento se sitúa ahora en un 20% que el grupo presidido por José Oliu había logrado superar con creces en los últimos meses. Su pérdida de valor en las última cinco sesiones se sitúa en torno a la media del 10%.
En una situación similar se sitúan las acciones de Caixabank tras estos días repletos de volatilidad. Los avances acumulados a lo largo de lo que va de año no ha evitado que la capitalización del grupo de Isidro Fainé se haya reducido ligeramente por debajo de los 24.000 millones de euros. Bankinter, que aún se mantiene como el banco con mayor revalorización en bolsa desde primeros de año (más del 21%), tampoco se ha librado de la presión sobre el conjunto de los bancos españoles y su acción se ha dejado en las últimas sesiones en torno al 7%.
Niveles de la ampliación
Bankia también ha sufrido en su cotización la tendencia bajista generalizada y sus acciones han perdido cerca de un 8% en los últimos días. De esta manera, y tras los descensos ya sufridos con anterioridad, su revalorización anual se reduce a poco más del 12%, cuando en los momentos álgidos llegó a superar el 20%.
Aquellos momentos en máximos se correspondieron con la venta de un 7,5% del capital que aún se encuentra en manos del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Sin embargo, los 1,6 euros por título alcanzados a primeros de marzo ya quedan lejos de los 1,38 euros actuales.
Incluso, las acciones de Bankia se han movido al filo de los 1,36 euros por título, sobre todo cuando se conoció la vuelta a la recesión de la economía italiana en la sesión del miércoles. El FROB suscribió la ampliación de capital de mayo de 2013 a un precio de 1,35 euros por título.
Si la cotización de Bankia cayera por debajo de ese precio pagado por el FROB, la recuperación del máximo de las ayudas inyectadas al grupo presidido por José Ignacio Goirigolzarri sería una tarea algo más que complicada. Tanto el Gobierno como el FROB se juegan casi a la carta única de Bankia, junto a BMN con su próxima salida a bolsa, la recuperación de una parte de las ayudas destinadas a la reestructuración del sistema bancario español.