La noticia suponía un foco más de incertidumbre que sumar a los conflictos geopolíticos y al temor a que se adelante la subida de tipos en EEUU. En cualquier caso, las acciones de la operadora se mantuvieron sobre la barrera de 10 euros, que habían recuperado la semana anterior.
Y es que, pese a que ciertos sectores del mercado parezcan interesados en generar una purga en el valor, lo cierto es que antes o después terminan imponiéndose los criterios del mercado eficiente y se corrigen los desequilibrios. Indudablemente el valor tiene potencial alcista, ya que todas las principales magnitudes del grupo han superado expectativas en el primer semestre.
Y lo más importante es que ha continuado creciendo en su objetivo de incrementar los clientes convergentes, es decir, lo que tienen contratos de ADSL o fibra, así como móvil y fijo, que ya representan el 74% del total, frente al 67% que suponían al cierre de marzo.
Además ha mejorado su margen bruto hasta el 56%, frente al 55% del pasado marzo y el 53% de diciembre. Unos datos que deberían impulsar nuevos avances, en cuanto el panorama se relaje. Además, se mantienen las expectativas de consolidación en el sector europeo de telecomunicaciones.