Caixabank ha cerrado el primer semestre del año con una cuenta de resultados más normalizada que en ejercicios anteriores y su margen de intereses refleja un ligero incremento (2,9%), hasta los 2.015 millones de euros, gracias principalmente a que la caída de los costes de los depósitos se acelera.
Sin embargo, el beneficio atribuido vuelve a contraerse un 25,3% en la comparativa interanual, hasta los 305 millones de euros, debido a la resultados extraordinarios obtenidos en 2013 por la diferencia negativa de consolidación del Banco de Valencia y los requerimientos de uno de los decretos Guindos.
No obstante, la cuenta del segundo trimestre de 2014 también recoge algunas cifras extraordinarias, como la estimación del impacto total del profit warning de Erste Bank, el banco austríaco en el que participa el grupo de Fainé y que reduce en un 49% el resultado de las participadas a tan sólo 74 millones de euros en el trimestre estanco y 224 millones en el conjunto de los seis primeros meses.
Eso sí, en la parte alta de la cuenta los resultados por operaciones financieras repuntan un 16%, hasta los 292 millones de euros, por la venta de bonos de la cartera disponible para la venta y la liquidación de una cobertura de tipo de interés relacionada con la gestión de balance. De esta manera, el margen bruto se sitúa en los 3.603 millones de euros, con una ligera contracción del 0,7%.
La reducción de los gastos de explotación recurrentes y la ausencia de los gastos extraordinarios eleva el margen de explotación hasta los 1.719 millones de euros, un 117,8% por encima en la comparativa interanual. Las pérdidas por la venta de activos adjudicados, sin embargo, reduce el resultado antes de impuestos a los 303 millones, una cantidad que supone un 311% respecto al primer semestre de 2013. Los impuestos vuelven a sumar al beneficio neto, por la exención de los resultados de participadas, pero suponen un 99,5% menos que en los seis primeros meses del ejercicio anterior.
Mejor mora
Caixabank también ha logrado reducir por segundo trimestre consecutivo su ratio de morosidad que ya se sitúa por debajo del 11% en el que estaba desde el segundo trimestre de 2013. Ya con un 10,78% al cierre de junio y con la disminución del saldo de dudosos, hasta los 22.568 millones de euros, consolidan una senda descendente en los riesgos del grupo, mientras que la cobertura se mantiene en el 59%, con más de 13.300 millones de euros en provisiones.
La ratio de morosidad sin la actividad inmobiliaria se reduciría hasta el 6,5%, después de que Caixabank haya acelerado la venta de los activos adjudicados de manera drástica en los últimos trimestres. El total de inmuebles comercializados asciende a 1.213 millones de euros, un 10% superior al mismo periodo de 2013.
En cuanto a la actividad bancaria, los créditos sobre clientes brutos ascienden a 199.572 millones de euros, lo que supone un 3,7% en el primer semestre del ejercicio. Sin embargo, la evolución trimestral (con una contracción del 0,9%) muestra signos, según Caixabank, de un menor desapalancamiento de su clientela.
Mientras tanto, los recursos totales se sitúan en los 309.337 millones, con un aumento en el semestre del 1,9%. Los recursos fuera de balance repuntan en este periodo un 5,5%.
Caixabank se ha mantenido como la entidad líder del mercado español con 13,6 millones de clientes, 5.695 oficinas y unos activos de 336.849 millones de euros. Un 22,7% de los clientes particulares tienen al grupo de Isidro Fainé como la primera entidad bancaria de relación.
La solvencia de Caixabank muestra un margen suficiente para encarar las pruebas de resistencia del Banco Central Europeo (BCE). La ratio BIS III se eleva hasta el 12,7% y fully loaded del 12,4%. Por otro lado, la liquidez se sitúa en 63.478 millones de euros, lo que le ha permitido devolver 25.984 millones de saldos pasivos al BCE.
Pese a su reciente reconversión a Fundación Bancaria, el grupo presidido por Isidro Fainé mantiene por séptimo año consecutivo en 500 millones la aportación a la Obra Social de La Caixa.