En los últimos años esta empresa patrimonial, que, ocho años atrás, había invertido casi 1.000 millones de euros en participaciones superiores al 5% en Gamesa, Banco Pastor, Ebro, Indra y Acerinox, la ha liquidado con importantes minusvalías.
Mientras en el parquet madrileño algunos inversores se preguntaban si las desinversiones realizadas por parte de la familia Del Pino obedecen, simplemente, a que su ‘family office’ está reestructurando sus participaciones, o qué otro destino reserva para los recursos liberados, lo cierto es que las acciones de Indra se desplomaron.
Su cotización se alineó con el precio al que UBS había procedido a realizar la colocación de estos 6,56 millones de acciones de Indra entre inversores cualificados: 11,72 euros. Este precio de colocación, que representaba una rebaja sobre el cierre de la sesión precedente (12,08 euros) del 2,98%, llegó a superarse en exceso, ya que el valor marcó nuevos mínimos anuales intradía en 11,57 euros, con una caída del 4,22%. Hasta ahora el mínimo anual intradía había sido establecido el pasado 2 de enero en 11,62 euros.
En esta dinámica, Indra cerró la sesión de ayer martes en 11,65o euros, con una caída del 3,56% en la sesión, con lo que su balance anual acumula una minusvalía del 4,194%, lo que, en principio, algunos inversores interpretan que representa una interesante opción de inversión a medio plazo, ya que no se estiman nuevas desinversiones en su capital social y semanas atrás los expertos estimaban su precio objetivo en la zona comprendida entre 14,5 y casi 16 euros.