La pérdida de poder y de influencia de la familia Espirito Santo queda clara como agua. Pese a haber perdido 36% de su valor la última semana, en la que llegó a tener la cotización suspensa, la acción del BES no levanta cabeza y esta mañana llegó a perder 12% y situarse en los mínimos históricos de agosto 2012. Y, sobre todo, el consejo del BES decidió anticipar la renovación de la comisión ejecutiva: sin esperar por la junta general del 31 de julio, anunció esta manana los nombramientos del economista Vitor Bento (presidente), de José Honorio (vice-presidente) y de Joao Rato (consejero financiero), puestos reservados hasta ahora en exclusivad a la familia.
Un cambio histórico impuesto por el Banco de Portugal (BdP), con un objetivo muy claro: convencer los mercados, los inversores y los clientes del BES que al apartar de la comisión ejecutiva a los primos Ricardo Salgado y José María Rcciardi y José Manuel Espirito Santo), el banco pasa a tener una gestión más profesional, y sobre todo que no volverá a dejarse contaminar por los negocios particulares de la familia Espirito Santo. Una familia, además, que tras la venta de 4,99% de acciones (servían de garantía a un préstamo de Nomura, con vista al último aumento de capital del BES) solo controla ahora 20,1% del banco.
Sin embargo, nadie sabe ni puede calcular cuanto podrá costar al país el brutal desenlace que los analistas pronostican al GES, con quiebras en cascada de las holdings más problemáticas, empezando por la cabecera del grupo ESI, la gestora de fortunas BPES, y la holding financiera de la familia ESFG que controla 25% del BES.
El primer ministro Passos Coelho se cura en salud, advirtiendo que al contrario de lo que pasó los últimos años con otros escándalos de gran calado, como la nacionalización y posterior reprivatización de los bancos BPN y Banif (entre 6.000 y 8.000 millones de pérdidas solo en el caso del BPN), esta vez no será el Estado quien pague los platos rotos, sino la familia Espirito Santo y sus socios.
El problema, en todo o caso, no quedará limitado al GES. De hecho, son muchas las empresas y los negocios que tienen como epicentro a la familia Espirito Santo, cuyo solo nombre era sinónimo de poder y de influencia en la política, la economía, las finanzas y a todos los niveles de la sociedad.
Final brutal
Eso es a lo que se refiere un importante hombre de negocios cuando pronostica un final brutal para el Imperio Espirito Santo, que lleva un siglo cultivando las mejores alianzas internacionales (Crédit Agricole, los Rothschild, los Rockefeller, los Agnelli) y que durante las últimas décadas funcionó en el país como un autentico poder fáctico, intercambiando favores y creando un complejo y opaco entramado de intereses cruzados al más alto nivel.
Solo así se entiende, por ejemplo, que un empresario luso haya presuntamente regalado 14 millones a Ricardo Salgado, solo para que interviniera junto de las autoridades angoleñas, con vista a unos negocios inmobiliarios en Angola. El presidente del BES desde la reprivatización de la entidad en 1989 (todo el imperio financiero, asegurador e industrial Espirito Santo había sido nacionalizado en 1975, tras la Revolución de los Cláveles), era conocido como "DDT" (las siglas en portugués para "el dueño de todo esto") pero perdió todo el poder y no tiene quien lo defienda: sin su desastrosa gestión de los problemas internos del grupo, quizás no hubiera tenido que renunciar a la presidencia del BES y no se estaría hablando de la quiebra del GES.
En la prensa hasta se habla de "crimen" cuando se refieren a la gestión de Ricardo Salgado desde por lo menos finales del 2012, cuando salieron a la luz los problemas del grupo, que camufló al menos 1.200 millones de pérdidas y utilizó el BES para colocar 2.000 millones de deuda de sus empresas. Igual de escandalosa fue la forma como el BES distribuyó buena parte de sus recursos.
La revista "Expresso" revela que el BES prestó 700 millones a un empresario amigo, sin garantías suficientes, solo para que invirtiera el dinero en propiedades del GES. Aun más difícil de entender fue lo que hizo BES Angola, que perdió la pista a más de 4.000 millones prestados a clientes igualmente sin garantías y cuyas identidades no están nada claras.
Lo cierto es que nadie sabe a ciencia cierta la amplitud de la exposición del BES a los riesgos del GES, pero son muchos los analistas que hablan de más de 4.000 millones. En todo o caso, una suma muy superior al "colchón" financiero de 2.100 millones que el BES afirma tener, tras el reciente aumento de capital de 1.045 millones. Dicho "colchón" solo cubriría la exposición del banco a las empresas del grupo, por un total de 1.183 millones, y otros 853 millones de deuda colocada entre la clientela del banco.
Al margen por lo tanto de 2.000 invertidos por instituciones en deuda del GES, que supera los 7.000 millones, de la que el BES rechaza hacerse cargo y cuya "restructuración" supondrá para los acreedores importantes un significativo "haircut".
El caso de PT
Portugal Telecom (PT) estará probablemente en la lista: son mayoría los analistas que dan por descontado que el GES no estará en condiciones de devolver el préstamo de 897 millones que le hizo la operadora, como inversión a corto plazo, y cuyo plazo de amortización espira este martes.
Una operación que sigue monopolizando la atención, tanto por su volumen como por las circunstancias particulares: el BES es el principal accionista de PT, con una participación de 10%, y por lo tanto pudo tener una influencia directa en la polémica decisión, que además fue tomada por la comisión ejecutiva de la operadora a espalas del consejo, de los mercados y de la socia brasileña Oi. Resultado: el proceso de la fusión Oi/PT podría ahora quedar bloqueado.
Según diversas fuentes, PT lleva dos años prestando fuertes sumas a su principal accionista, que por su vez controla 2,1% de la operadora histórica. O sea, operan juntas, como una y carne, intercambiando favores: el BES acudió varias veces en ayuda de PT, como cuando la operadora decidió rechazar una oferta de Sonae por 11.000 millones de euros, e igualmente cuando hubo que presionar a Telefónica para que mejorara de 5.600 a 7.500 millones el precio a pagar por los 50% lusos en la brasileña Vivo.
El BES ha devuelto ahora el favor, prestando casi 900 millones a PT. Pero haciendo cuentas, lo que sale a flote es que con las mismas gestiones actuales, PT vale hoy 5,5 veces menos que la oferta de Sonae, y solo este año la operadora y el BES llevan perdidos en Bolsa prácticamente la mitad de su valor de mercado.
En todo o caso, el GES y el BES, llevaban años funcionando en un círculo vicioso, entre ellos y con sus principales amigos y accionistas, pero poco o nada habría salido a la luz si no fuera la manera desastrosa como Ricardo Salgado gestionó la crisis del grupo, la lucha por el poder entre las cinco ramas de la familia y la rivalidad con el primo José María Ricciardi.
Revelaciones incompletas
Ha sido todo un regadero de revelaciones incompletas, realizadas a cuentagotas, pero que han terminado por agudizar aun más la sed general de informaciones sobre las actuaciones del polémico imperio, cuyas orígenes remontan a la segunda mitad del siglo XIX, a partir de una modesta casa de lotería creada por el primer Espirito Santo, José María Silva, que no había nascido en una cuna de oro , sino que había sido un niño abandonado, de padre y madre desconocidos.
Solo queda esperar ahora el dramático desenlace final previsto. Por una parte, a las holdings más problemáticas del GES, como BPE, ESI, ESFG y Rioforte, ya no les queda gran margen de maniobra para evitar la quiebra, y sendos concursos de acreedores, los cuales no tendrán más remedio que negociar importantes descuentos.
Y por otra parte, son muchos los analistas que no descartan el peor de los escenarios para la familia Espirito Santo: además de la venta de activos como el 50% de la seguradora Tranquilidad, la cadena de hoteles Tivoli (Iberostar y el fondo americano Pimco han avanzado una oferta conjunta de más de 300 millones), el negocio de los hospitales, numerosas promociones inmobiliarias y un largo etcétera, es probable que el BES no tenga más remedio al final que ponerse bajo la tutela del paraguas del Estado.
La recapitalización estatal, que algunos expertos sitúan por encima de las acordadas en su día al BCP ( 3.000 millones), al BPI (1.500 millones) y Banif (1.100 millones), no pondría en ninguna dificultad al gobierno: saldría de la reserva de 12.000 millones que la "troika" FMI/BCE/UE puso a la disposición de la banca portuguesa, encuadrada en el plan de rescate de 78.000 millones, del que Portugal pudo ya salir y del cual quedan todavía hasta 6.000 millones reservados a la banca.
Para los Espirito Santo, sería casi lo mismo que hacerse "harakiri" porque tras la desastrosa gestión de Ricardo Salgado y ante la pérdida de imagen y de poder sufridas en Portugal, ya no tendría quizás hoy el mismo apoyo internacional que tuvo en 1975 después de la nacionalización de todo su imperio financiero y industrial.
De hecho, el "harakiri" ya empezó. Tras el último aumento de capital, la participación de los Espirito Santo en el BES bajó del 27% al 25%, y si no dsminuyó más fue por el banco Nomura, que facilitó a la familia un crédito de más de 100 millones de euros.
El problema es que ante el descalabro bursátil del BES y de la holding ESFG, que han seguido perdiendo terreno tras la suspensión de la cotización en Bolsa y cuyos "ratings" han sido rebajados los últimos días a niveles que corresponden a situaciones de quiebra, Nomura decidió ejecutar las garantías del préstamo, con que la participación de los Espirito Santo en el banco podría bajar ahora al 20% sin por ello quitar el sueño a la gran mayoría de los portugueses.