Un análisis de Katrina Bishop en la CNBC enmarca el alcance del estropicio. Tiene un título desalentador: “El colapso de Gowex sacude la fe en España”. En el texto hay unas citas atribuidas simplemente a Spiro, aunque seguramente Bishop se refiere a Nicholas Spiro, conocidísimo director general de la consultora Spiro Sovereign Strategy. No son nada favorables.
Esta es una de las frases, con un poco de enfado por lo que ha ocurrido: “Una débil supervisión del regulador contribuyó a la crisis financiera de España y evidentemente todavía es un problema, pese al hecho de que España ha estado bajo un intenso escrutinio externo durante estos últimos siete años”.
Hay un segundo comentario, todavía más quejumbroso y escéptico sobre España: “Uno podría haber esperado que el colapso de la burbuja inmobiliaria de España y las feroces críticas a los reguladores de la banca y de la Bolsa que desencadenaron, hubieran puesto fin a este tipo de escándalos. Desgraciadamente, no es así”.
¿Quiere esto decir que se vuelve a la casilla uno, que todo lo que se ha conseguido durante la austeridad y las reformas no ha servido para nada? Por lo menos los expertos están dejando claro que parece que España no ha aprendido la lección. O que no la ha aprendido bien.
La propia Katrina Bishop advierte de que el caso Gowex, después del de Pescanova, del de las cajas y de todo lo demás, “ha suscitado preocupación por la fortaleza de algunas de las empresas del país, especialmente las del MAB”. Otra fuente consultada por CNBC apunta que el daño es mayor. Predrag Dukic, de CM Capital Markets, dice que no hay duda de que el increíble escándalo de Gowex le causará “un daño significativo” no sólo al MAB, sino al Ibex.
Menos mal que no todo ha quedado en cuarentena. Así termina el análisis de CNBC: ‘Empresas como Banco Santander BBVA y Telefónica, por ejemplo tienen que ajustarse a reglas internacionales de contabilidad y son auditadas periódicamente’. Vaya, muchas gracias por tener fe en algo.
Bloomberg parece que en lo que no tiene fe es en la firmeza de la recuperación española. Una crónica este jueves firmada por Esteban Duarte reabre la inquietud. Título: “La crisis acecha a España porque los costes crediticios amenazan el crecimiento”. Las empresas que acuden al mercado “tienen que pagar tres veces más por los créditos que sus colegas alemanas”.
Eso se ha dicho muchas veces, y ahora lo dice todo, porque en fase de recuperación no se puede perder competitividad. Así que al costarles más el dinero, hay que seguir apretando costes en salario. Y bajando precios. Y eso las empresas grandes, que son las que tienen acceso a los créditos. Las pymes siguen a dos velas. Es una de las manifestaciones de la ‘fragilidad’ de la recuperación que tanto le gusta mencionar el ministro de Economía, Luis de Guindos. Una fragilidad que se detecta fuera con todas sus consecuencias.