Desde que accediera al cargo, hace ahora tres años, su gestión al frente del organismo se ha visto sacudida por decisiones que van en contra de los tiempos actuales.
Se blindó en el cargo, se puso un sueldo (que algunos cifran en 120.000 euros) algo que no se había hecho hasta el momento, se incrementaron los viajes y los gastos de representación, así como, la contratación e incluso se suprimió el apellido de España, de los membretes del Consejo General de Economistas.
Por obtener más recursos financieros, se permitió que mucha gente sin la titulación exigida pueda asesorar financieramente al personal y según le cuentan a Gordon Gekko, el señor Pich ha tejido una red clientelar con algunos colegios a base de hacerse favores en la obtención de resoluciones concursales y en economía forense.
Por todos estos motivos, se le planteó una denuncia en los juzgados cuya sentencia ya se ha conocido y por la que se le conmina a que en el plazo máximo de dos meses convoque unas nuevas elecciones que traerán una nueva junta.
Esta, estará obligada en la revisión y suspensión, si es menester, de todas aquellas decisiones que se hayan tomado sin las debidas garantías o sin la necesaria publicitación. Pese a ello, el jueves 11 de diciembre se celebró en Madrid en el Hotel Meliá Los Galgos la reunión de un Pleno que formalmente está cesado.
Preguntado alguno de los asistentes de por qué no acatan la sentencia judicial aducen que van a esperar para agotar los plazos judiciales pues saben que están faltando a la legalidad pero confían en que todo se resuelva satisfactoriamente.
Desde el lado levantisco con la actual dirección del señor Pich anuncian que tras las correspondientes auditorías casi garantizan la comisión de irregularidades y se comprometen con este servidor de ustedes en contarlas según vayan llegando.