La realidad es que incluso las propias entidades consideran que la subida acumula es más que suficiente. Por primer vez en muchos trimestres, ningún banco español acumula una autocartera superior al 1%, porcentaje que superaban hasta tres entidades cuando acabó 2012. Es más, salvo Santander -que no acaba de despegar en bolsa y acaba de comprar acciones propias hasta un en cualquier caso muy modesto 0,67% del capital- ninguno de los otros cinco bancos del Ibex superan el 0,5%.
Por lo tanto, las entidades del selectivo han puesto el contador a cero. Con la oleada de ventas de acciones propias realizadas en pleno rally en bolsa en agosto y septiembre, se han metido en el bolsillo una extraordinarias plusvalías, ya que cargaron su autocartera en los mínimos de junio. Y, por otro, se rearman para volver a defender las cotizaciones si las cosas se tuercen.
En estos momentos, Santander tiene el 0,67% de autocartera, Popular el 0,43%, Caixabank el 0,3%, BBVA el 0,21%, Bankinter el 0,14 y Sabadell el 0,05%. Unos niveles insignificantes, resultado de la agresiva política vendedora de las entidades, que no han querido perder la oportunidad de monetizar un rally histórico.
Analistas como los de Société Générale ya han advertido de que la subida ha sido demasiado fuerte en entidades como Popular y Bankinter y recomiendan mantener donde antes ponían el cartel de comprar. Como ellos, son muchos los accionistas históricos que han decidido que a los niveles actuales ya era hora de soltar lastre.
En algunos casos completamente, como en el de Américo Amorim, que ha reducido su participación en el Banco Popular a un testimonial 0,006% tras vender 5,58 millones de acciones en agosto y septiembre, o el de Crédit Agricole. El banco francés ha vendido recientemente el 7,6% que le quedada en el capital del mejor banco del año en bolsa, Bankinter, por 224 millones de euros.
Los ejecutivos venden
En el transcurso de un año que hasta la llegada del verano fue muy duro en bolsa para los bancos, los ejecutivos apenas han movido ficha hasta ahora, cuando también han decidido hacer liquidez con parte de las acciones acumuladas. Ahí están las ventas del director general de recursos humanos de Santander, José Luis Gómez Alciturri, que la semana pasada vendió 27.000 acciones o, en agosto, del responsable de BBVA en Estados Unidos, Manuel Sánchez Rodríguez, o del de banca comercial de Popular, José Ramón Alonso Lobo.
La avalancha de ventas desde todos los frentes demuestra, según los analistas, que la banca debe tomarse un descanso en bolsa. "Quienes han ralizado ya beneficios esperarán para comprar algo más barato, y quien ha entrado en máximos asume el riesgo de pérdidas a corto y medio plazo", señalan en una gestora extranjera que en cualquier caso cree que a largo plazo las expectativas para el sector han mejorado sustancialmente.