Explica que diversos analistas internacionales habían vaticinado una caída de los precios de la pasta de celulosa en la primera parte del año, que no se ha producido. Sus precios se han mantenido o repuntado ligeramente, mientras que los del grueso de las restantes materias primas han llegado a sufrir caídas de hasta el 30%. Y ello, a pesar de que el mercado chino está últimamente más parado, con las medidas internas, pues la demanda se ve impulsada por otros factores, fundamentalmente, el relanzamiento del sector inmobiliario estadounidense.
Entre los principales motores de la demanda del precio de la pasta figuran los sectores de transporte (embalajes) y el de la construcción (prefabricados). Además, apunta el experto que en los últimos tiempos se está incrementando con fuerza la demanda de pasta por el impulso de los países emergentes, que introducen múltiples aplicaciones a su consumo.
El gestor asegura que Ence está bien encarrilada económica y financieramente. Ha reducido gastos y su endeudamiento se limita, prácticamente, a los 200 millones de los bonos a 7 años, mientras que su saldo de caja supera los 150 millones de euros, lo que da idea de su saneada situación financiera.
Además, sus inversiones se han ralentizado con la moratoria impuesta por Industria, que ha paralizado ocho centrales. Respecto a la división energética, Ence ha sorteado las nuevas regulaciones energéticas del Gobierno, con ahorros de costes y otras medidas. Y no se descarta que en futuras regulaciones se fije algún tipo de incentivo para el sector de la biomasa, a fin de reciclar el empleo del sector de la minería del carbón, lo que en caso de confirmarse generaría un impulso adicional al valor.
Las acciones de Ence operaban en torno a 2,42 euros, con una revalorización acumulada en el año del 13,6% y los expertos estiman su precio objetivo entre los 2,90 y los 3,60 euros.