Latinoamérica registra en la actualidad un particular boom de inversiones en una energía renovable incorporada con fuerza a los planes de inversión y desarrollo de infraestructura de los principales países de la zona. En los últimos años, las empresas españolas, que se encuentran entre las más preparadas tecnológicamente del mundo, han puesto rumbo a la región ante la atonía y dificultades del mercado nacional y las enormes posibilidades naturales e interés de los gobiernos de la zona por desarrollar ese tipo de energía para ayudar a cubrir un déficit crónico de generación.
En la región, que en 2006-11 captó 90.000 millones de dólares en proyectos de renovables, están presentes Iberdrola, GNF, Gamesa, Abengoa, Acciona, CGS Renovables, Endesa, Gas Natural, ENH, Elecnor, Emasesa, Fersa, Barlovento, Inveravente, Ibereólica, Bogaris, Ener, Hidrolena, T-Solar, Solarpack, Gestmap y Urbaser entre otras. Y, muestra del imparable avance de las compañías españolas, en los últimos días se ha anunciado que Solarpack ha iniciado ya en Chile la construcción de su mayor planta fotovoltaica en Latinoamérica y que Gas Natural Fenosa ha empezado ya en Oaxaca (México) su primer parque eólico en Latinoamérica, obra que tiene previsto concluir en 2014.
En Oaxaca, Gas Natural Fenosa construirá un parque eólico con una potencia instalada de 234 megavatios, lo que lo convertirá en el tercero más grande de los que están en proceso de construcción en toda la región, y al que se destinará una inversión de 300 millones de euros. Gas Natural, que tiene un parque de generación en Latinoamérica por un total de 2.580 megavatios, inició en junio de 2012 la construcción de una central hidroeléctrica en Costa Rica (Torito), la segunda de la compañía en ese país. La nueva construcción eólica en México sitúa a Gas Natural como una de las principales empresas privadas del sector energético en un país en el que en distribución de gas natural es el principal operador del país, con presencia en ocho estados.
Por su parte, la planta fotovoltaica de 25 megavatios que Solarpack construirá en Chile, en Pozo Almonte, tras ganar la licitación, aportará durante el día el 13% de la demanda energética de la compañía Minera Doña Inés de Collahuasi, la tercera mina más grande de la nación andina. La planta, ubicada en la localidad de Tarapacá, estará finalizada a fines de 2013 y generará 60.000 megavatios hora al año de energía limpia, equivalente a las necesidades anuales de 25.000 hogares. Será la mayor central fotovoltaica de Chile y una de las mayores de Sudamérica. La legislación eléctrica vigente en Chile impone a las empresas generadoras una inyección procedente de fuentes ERNC (Energías Renovables No Convencionales) a todos los contratos nuevos o modificados con posterioridad al 31 de agosto de 2007.
En los últimos meses Solarpack había anunciado también proyectos en el vecino Perú y acaba de inaugurar, con Gestamp Solar, dos plantas solares con una capacidad total de 40 megavatios en las regiones de Tacna y Moquegua, con una inversión de 150 millones de euros. La planta de Tacna se encuentra en una de las zonas con mayor radiación solar media anual del Perú y está formada por más de 75.000 módulos de silicio cristalino distribuidos en una superficie de 120 hectáreas.
Creciente presencia española
Y no se trata más que de los últimos contratos de una ofensiva que en los últimos años ha llevado a las compañías de renovables españolas a convertirse en omnipresentes en la región. Iberdrola anunciaba a finales de 2012 que invertirá 12.300 millones de euros en 2012-14 en generación eléctrica en la región, de ellos un 25% en renovables, con Brasil como principal destino y sin desdeñar una mayor presencia en México a través de la colaboración público-privada (PPP). En el gigante brasileño, donde está presente desde los 90, Iberdrola prevé la puesta en marcha de diez parques eólicos terrestres y offshore, con una potencia instalada de 288 megavatios, que se sumarán al que ya tiene en funcionamiento en Rio do Fogo. En generación hidráulica, la compañía cuenta, a través de Neoenergia, con proyectos hidroeléctricos por 2.400 megavatios en Brasil.
Por su parte, Acciona, que cuenta en México con un macro-complejo de formado por tres parques eólicos en Oaxaca (306 megavatios) y que prevé instalar 120 megavatios en parques eólicos en Perú, acaba de inaugurar en Brasil una planta dedicada al ensamblaje de aerogeneradores, poco después de firmar su primer contrato brasileño con la empresa CPFL Renováveis para el suministro de 40 turbinas de viento para el parque eólico de Atlántica. Además, prevé la instalación de una capacidad de 1.000 megavatios solares y eólicos en Chile en los próximos diez años. En Brasil está también presente, en la construcción de parques eólicos en Ceará, la compañía Abengoa que, como Acciona, planea nuevos proyectos en renovables en Chile, donde ya tiene una planta termosolar.
No hace muchos meses, Unión Eólica Panameña (UEP), filial de Unión Eólica Española (UEE), anunciaba la construcción en Penonomé del parque eólico más grande de Centroamérica y uno de los mayores de toda Latinoamérica, tras conseguir un contrato que se enmarca en los esfuerzos de la Administración panameña por cubrir el actual déficit de generación de energía. UEP invertirá 440 millones de dólares en la instalación, que estará terminada este año, y que situará al país entre los grandes de la región en eólica, tras Brasil, México y Chile y con permiso del nuevo parque Rawson inaugurado en el sur de Argentina. Por su parte, Fersa Energías Renovables se había incorporado ya al mercado panameño con instalaciones eólicas en Toabré y Antón, mientras que Gamesa anunciaba el año pasado su entrada en Nicaragua para construir un parque eólico de 44 megavatios.
En Guatemala, Gas Natural Fenosa, Elecnor, Hidralia, Bionor y Ecoener participan en proyectos de renovables y, en Perú, Montealto ha comenzado la ejecución de dos parques eólicos con 110 megavatios de potencia en Cupinisque y Talara, en colaboración con Energía Eólica, la adjudicataria de la subasta convocada por el Gobierno peruano. La firma también construirá once centrales hidroeléctricas en Colombia.
Brasil, líder en energía no convencional
Brasil, la nación que más inversiones acumula en renovables en la región, especialmente en biocombustibles, se perfila como uno de los mercados estrella para el sector solar internacional a través de su Plan Nacional de Energía, aunque en este segmento de renovables, y además de los clásicos México (con un marco regulatorio que busca apoyar a las renovables y mecanismos de financiación que promueven la inversión) y Chile, están creciendo las oportunidades en Perú, Paraguay y Dominicana. Los parques eólicos comienzan a crecer en Centroamérica, en abierta competencia con Chile, México, Brasil y Argentina.
De hecho, el Consejo de Energías Renovables de Latinoamérica prevé que en breve países como México, Colombia, Chile, Uruguay y varias naciones de Centroamérica compartirán protagonismo con Brasil en renovables y ensombrecerán su dominio en este ámbito. En los últimos meses, los Gobiernos de México, Panamá, Colombia, Perú, Chile, Argentina y Ecuador se han sumado al brasileño en el impulso decidido a proyectos de energía no convencional y han solicitado la participación de firmas españolas, líderes mundiales en renovables.
Sin embargo, Argentina, país con enorme potencial en energía eólica, parece quedarse fuera de las preferencias de las compañías españolas, junto a Bolivia y Venezuela, debido a la arbitrariedad en el trato al inversor y a la inseguridad jurídica. En los últimos meses, tanto Argentina como Bolivia han nacionalizado o expropiado filiales a empresas españolas como Iberdrola, REE y Repsol.
De momento, Brasil, México y Chile son los destinos preferidos por las compañías de renovables españolas, debido tanto a sus condiciones naturales para generar electricidad de origen solar y eólico, como a los ambiciosos planes de sus administraciones. México, que suma actualmente una potencia instalada eólica de 1.287 megavatios y tiene 1.100 más en construcción, se ha marcado como objetivo que en 2025 México la participación de las renovables se sitúe en torno al 35% de la capacidad instalada. Y hace apenas unas semanas, el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, resaltaba que México está interesado en redoblar la colaboración con España en materia de energías renovables, particularmente la solar y eólica.
Por su parte, Brasil prevé multiplicar por ocho en 2014 la actual capacidad de 1.400 megavatios en renovables y Chile, que sigue siendo uno de los grandes mercados en este tipo de energía para las firmas españolas, entre las que destacan Acciona y CGS Renovables, se ha marcado como meta producir el 10% de la energía con fuentes no convencionales en 2025.
Latinoamérica dispone de gran potencial, sobre todo en eólica y energía solar fotovoltaica, pero precisa para su desarrollo marcos regulatorios más precisos e más incentivos, según coinciden en señalar expertos y compañías. Uruguay, donde Abengoa desarrolla un parque eólico, se ha convertido, junto a Brasil, Nicaragua, Argentina y Panamá en uno de los líderes en incentivos para que las empresas públicas y los sectores industrial y comercial inviertan en energías no convencionales.
España no es el único país que intenta introducir a sus empresas de renovables en una región en la que el 70% de la electricidad es de origen renovable y donde esa fuente satisface ya el 30% de la demanda de energía primaria (transporte, industria, comercio), tasa superior a la media mundial (13%) y llamada a crecer con los planes que se otean. La importancia del pastel renovable en la región ha incrementado la competencia internacional de forma feroz y compañías europeas compiten actualmente con fuerza en esos mercados. Hace sólo unas semanas la francesa Alstom se hacía en Brasil con un contrato de 440 aerogeneradores para equipar los parques eólicos de Renova situados en el Estado de Bahía, en el noreste de Brasil.