La fi­lial por­tu­guesa de la en­tidad bri­tá­nica par­ti­cipó en un pre­sunto cartel ban­cario bajo in­ves­ti­ga­ción

Barclays suspende a su equipo directivo en Portugal y traspasa la gestión a su filial española

Jaime Echegoyen con­du­cirá el pro­ceso de re­no­va­ción tras la in­ves­ti­ga­ción abierta por la Autoridad de la Competencia

  Jaime Echegoyen
Jaime Echegoyen

Barclays se re­nueva en Portugal tras el de­no­mi­nado es­cán­dalo de las co­mi­siones abu­si­vas, del que fue su de­to­nante. Su ob­je­tivo es re­no­varse aunque lo haga con un equipo nuevo pro­ve­niente de su fi­lial en España. Jaime Echegoyen, su Ceo en España, con­du­cirá el pro­ceso, ini­ciado en la ma­dru­gada del seis de marzo pa­sado cuando las sedes de la ma­yoría de los bancos lusos y de las en­ti­dades fi­nan­cieras ex­tran­jeras que operan en el país su­frieron una re­dada ju­di­cial a gran es­cala, en la que in­ter­ve­nieron 16 jueces y 25 fis­ca­les. La ini­cia­tiva de la re­dada partió de la Autoridade da Concurrencia (AdC), no del Banco de Portugal, tras haber re­ci­bido de Barclays, pre­ci­sa­mente, una de­nuncia sobre la exis­tencia de un "cartel ban­ca­rio" que, en contra de las re­glas del mer­cado y de ma­nera con­cer­tada, fi­jaba las con­di­ciones y las co­mi­siones abu­sivas de hi­po­tecas y el cré­dito al con­sumo. Lo que hizo el se­gundo banco bri­tá­nico por ac­ti­vos, que in­tenta re­cu­perar la buena imagen per­dida tras haber pro­ta­go­ni­zado es­cán­dalos de gran ca­lado, como la ma­ni­pu­la­ción del li­bor, fue con­fesar su par­ti­ci­pa­ción en el "cartel" ban­ca­rio, para ga­ran­ti­zarse in­mu­nidad de la au­to­ri­dades lu­sas.

Lo cierto es que la dirección de Barclays, comandada desde el pasado verano por Anthony Jenkins, tras la demisión del CEO Robert Diamond y de prácticamente todo su equipo, está haciendo méritos para restaurar la buena imagen de la entidad. No solo por la nueva política de transparencia aplicada ahora a todas las operaciones del grupo, y sin la cual la AdC lusa no hubiera podido intervenir contra el presunto "cartel bancario" denunciado por Barclays, sino también porque su "investigación interna" va mucho más deprisa que la abierta en Portugal, de la cual nada se ha sabido todavía, por la aplicación del sacro-santo secreto de sumario.

Aunque Barclays no de aun por finalizada la investigación interna sobre las "malas prácticas contra la competencia" por parte de Barclays Portugal, los resultados son lo bastante claros para justificar la "suspensión" del CEO de la filial lusa, Peter Motteck, y de los responsables del área financiera de la distribución de productos, respectivamente los  portugueses Ana Paula Neves y Antonio Nunes da Silva. La medida afecta también a un directivo español, Sergio Muñoz, que estaba al frente del "marketing". Barclays subraya no obstante que la medida no tiene carácter disciplinar, con que los directivos afectados mantendrán sus remuneraciones respectivas.

Directivos de España

El nuevo equipo directivo de Barclays Portugal, aun con carácter provisional, estará formado por el CEO de Barclays Península Ibérica, el español Jaime Echegoyen, por el francés Arnaud Schwarts, que se ocupara del área financiera de la filial portuguesa pero conservando la misma función que desarrolla en Barclays France. Lo mismo pasará con los británicos Paul Titterton y Jeremy Talde, que entran en la Comisión Ejecutiva de  Barclays Portugal para ocuparse de los  departamentos de la distribución de productos y de marketing, pero manteniendo las mismas respectivas funciones que desarrollan en la sede londinense del grupo británico.

Además, aunque advierta que no hay que sacar "conclusiones precipitadas" de las medidas anunciadas, Barclays decidió igualmente que los directivos implicados no puedan utilizar los móviles y los ordenadores profesionales ni acceder a los respectivos correos electrónicos, para evitar así cualquier interferencia en la investigación interna, que aún no da por cerrada. Lo ocurrido en Portugal es lo bastante grave para que el CEO de Barclays para Europa y Medio Oriente, Curt Hess, anuncie una visita a Lisboa, al frente del nuevo equipo directivo de Barclays Portugal bajo el mando de Jaime Echegoyen, para tomar el pulso de la plantilla de la filial lusa.

La gran preocupación de Barclays, además de asegurarse la inmunidad de las autoridades lusas al abrigo del "régimen de clemencia" adoptado por la AdC para incentivar las denuncias de las malas prácticas bancarias, es dejar bien claro que de acuerdo con los valores tradicionales del grupo no ahorrará esfuerzos en términos de "transparencia", de cara a la "limpieza interna" conducida por el nuevo CEO Anthony Jenkins, que fue nombrado el pasado verano, tras la dimisión de Robert  Diamond y de prácticamente todo su equipo, o sea después del estallido del escándalo de la manipulación del Libor. 

De lo que se trata por lo tanto, por parte de Anthony Jenkins y de su equipo, es de enterrar de vez la "cultura de los resultados a corto plazo" desarrolladla en la época de Robert Diamond, con unos directivos que cobraban primas millonarias por colocar productos de alto riesgo, sin tener mucho o nada en cuenta los intereses de la clientela. Para el nuevo CEO, el gran objetivo de Barclays es forjarse una imagen "Go-To", o sea la de un banco elegido por la clientela y por los inversores, lo que implica, principalmente, el tener que combinar los servicios prestados con unos valores tradicionales de buena gestión y que inspiren confianza.

Futuro incierto

En todo o caso, el clima que se respira en Barclays Portugal, cuya supervisión como simples filial corresponde, no al BdP, sino a las autoridades británicas, es todo menos optimista. Así. antes de que estallara el escándalo de las malas prácticas de la competencia atribuidas al presunto "cartel" bancario - del que el BdP sostiene que no tenía ninguna información hasta la "redada judicial" realizada a instancias de la AdC, tras la denuncia efectuada desde Londres por el banco británico  - Barclays Portugal ya había iniciado el último año una restructuración muy dolorosa, a través el cierre de la mitad de su red de oficias y el despido de 400 empleados, o  sea prácticamente una tercera parte de la plantilla.

Lo que se echa de menos ahora, tras la "suspensión" de la Comisión Ejecutiva de Barclays Portugal, es la publicación de los resultados de la investigación judicial y la realizada por parte de la AdC, y que ha quedado bien cubierta, hasta ahora, por el "secreto de justicia". Además, la experiencia de otros recientes escándalos bancarios, que de una u otra manera afectan varias entidades, como el BCP, el BPN y el BPP, no inspira un gran optimismo:  algunos llevan ya varios años en los tribunales u aun bajo investigación, sin que se vislumbre todavía ninguna decisión definitiva, tanto por parte de la institución judicial y como de las autoridades (Banco central, Comisión del Mercado de Valores, etc.), cuyos niveles de eficiencia y de credibilidad suscitan por lo general duras criticas.

En todo caso, pese a la denuncia realizada por Barclays, que asume la implicación de la filial lusa, toda la banca portuguesa y también las entidades extranjeras afectadas desmienten categóricamente la existencia de ningún "cartel bancario" y aún más las presuntas malas prácticas de la competencia, relacionadas con la definición de productos financieros (crédito inmobiliario, crédito al consumo...) y la fijación concertada de los respectivos "spreeds". Al revés, con la única excepción de Barclays, las entidades implicadas proclaman que no hay sector más abierto, transparente y competitivo que el bancario. Esa es también la posición oficial de la asociación patronal del sector, mientras que el supervisor BdP, que fue pillado de sorpresa por la redada judicial del 6 de marzo, no hace nada más que lavarse las manos.     

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