Desde que Chipre empezó, hace algo más de dos años, a perder pie en la crisis del euro, las autoridades chipriotas han buscado desesperadamente que Rusia, la Unión Europea o los fondos marinos del Mediterráneo oriental le arrojasen un salvavidas. Si el próximo domingo Anastasiades confirma su triunfo, a Chipre no le faltará socorro.
Rusia ya le echó una mano a Chipre hace dos años, pero sólo lo suficiente para que no se ahogara, y de momento da por concluida su labor asistencial. La UE quiere que Chipre se lleve un buen susto y aprenda a nadar. Si aprende, le ayudará. El acceso al gas natural del Mediterráneo oriental sigue casi intacto en su yacimiento, y para extraerlo habría que descifrar una endiablada clave geopolítica cuyo desbloqueo exige la colaboración de tres pesos pesados del sistema internacional: Rusia, Turquía e Israel. Al final, también en esto habrá algo a que agarrarse.
Rusia asistió en 2011 a la banca de Chipre con un préstamo de €2.500 millones. Una solicitud por €5.000 millones suplementarios en 2012 fue condicionada por Moscú a un acuerdo previo de Nicosia con el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea. La exposición de la banca chipriota a los riesgos de la banca griega ha sido un serio motivo de preocupación tanto en Bruselas como en Moscú. Rusia ve conveniente una depuración de las prácticas chipriotas bajo la disciplina del FMI y del Banco Central Europeo.
La condición de Chipre como paraíso fiscal para los capitales rusos es cuestión muy debatida. El gobierno chipriota afirma que sólo el 10% de los depósitos de la banca pertenecen a titulares rusos. Cálculos menos interesados hacen entrar en la cuenta los capitales que se encubren detrás de sociedades legalmente chipriotas, y elevan el porcentaje al 35% (The Economist). En 2012 se filtró en Alemania un informe de inteligencia describiendo los mecanismos de lavado de dinero procedente de algunas mafias rusas en la banca chipriota.
Esta filtración, a su vez, debe verse en el cuadro de una campaña de sectores políticos alemanes contrarios a nuevos rescates dentro de la zona euro, no importando a algunos que Chipre sea expulsado. El presidente del BCE, Mario Draghi, ha rechazado vivamente esta posibilidad. La canciller Merkel dio seguridades al candidato y correligionario Anastasiades sobre el apoyo de Alemania al rescate de Chipre, en una visita a Nicosia en enero pasado.
Por otra parte, los intereses rusos en Chipre son marginales en relación con los que Moscú tiene que defender ante la Unión Europea a medida que ésta vaya reformando el mercado del gas, que puede reducir de modo drástico la posición de dominio de que hoy goza el gas ruso en el mercado europeo occidental. El nuevo acomodo del gas ruso en la UE obliga a Moscú a entenderse con Berlín.
Chipre tiene, en cierto modo, derecho a una ayuda más resuelta por parte de la UE. En junio de 2012 dos bancos chipriotas (Bank of Cyprus y Cyprus Popular Bank) soportaron pérdidas (€4.500 millones), debido a los descuentos impuestos por la Unión a la deuda griega. En junio del 2012 la agencia Fitch estimaba la necesidad de recapitalización de la banca chipriota en €4.000 millones. Una reciente estimación por la firma de inversiones en bonos Pimco eleva la cifra a €10.300 millones. El gobierno de Nicosia, por su parte, ha confesado necesitar para sí mismo €7.500 millones. Las dos cantidades pondrían la deuda externa chipriota al 140% de su PIB. Hace sólo ocho meses, las perspectivas económicas chipriotas no parecían tan negativas: en junio del 2012 un portavoz del gobierno afirmaba que las necesidades suplementarias de financiación oficial eran del orden de €2.500 a 3.000 millones.
Entonces se especulaba con la posibilidad de que un recorte de los altos salarios medios de los funcionarios chipriotas (en términos de retribución media dentro de la UE), más la venta de algunos sectores públicos como puertos, electricidad, teléfonos, etc., bastarían para cubrir las necesidades de financiación oficial. El presidente ahora cesante, Demetris Cristofias, del partido comunista, se opuso terminantemente a tales planes: "Chipre no está en venta", declaró en junio, después de una visita de una misión de la UE. Sin embargo, el gobierno ha debido admitir un recorte del 10% del salario medio de los empleados públicos, y subir el IVA. Ello ha permitido reducir el déficit: en 2011 fue del 6,05% del PIB, y en 2012 bajó a 4,90%.
Las negociaciones para el rescate chipriota se prolongarán aún unos meses, pero los vencimientos se acumulan: Chipre debe hacer frente antes del 3 de junio a pagos por 1.400 millones de eurobonos, y otros 714 millones en julio. El comisario de Economía, Ollie Rehn, pidió hace pocos días a Rusia que prorrogue el vencimiento de la deuda griega de 2016 a 2020, y conceda una reducción de intereses.
Yacimientos de gas en clave geopolítica
El tercer "salvavidas", el gas del Mediterráneo oriental, no está aún en condiciones de rescate. Aunque uno de los temas de la campaña electoral ha sido la posibilidad de pagar parte de la deuda con futuros sobre la venta de gas, tal cálculo se desestima por demasiado ilusorio. Cuando Chipre comenzó la exploración de yacimientos submarinos en 2011, la República Turca de Chipre (las parte secesionista del norte de la isla) protestó, alegando que sus derechos como estado mediterráneo (que no es reconocido como tal en el resto der Europa), estaban siendo atropellados. La república norchipriota cuenta con el apoyo de Turquía, que por su parte comenzó sus propias prospecciones en septiembre de aquel año.
El US Geological Survey estima el potencial de esos yacimientos mediterráneos en mc. 120.000 millones. Chipre ya ha localizado con sus perforaciones mc7.000 millones.
A las pretensiones de Turquía se enfrentan las de Chipre e Israel, que cooperan y reconocen mutuamente sus derechos sobre los yacimientos de esa parte del Mediterráneo. Esta es una cuestión en que Rusia puede echar una mano a Chipre, aunque sólo fuera por contrariar a Turquía. Moscú teme la pérdida de su base naval de Tartus en Siria, y espera mejorar sus relaciones de seguridad con un país europeo no miembro de la OTAN magníficamente emplazado en el Mediterráneo oriental. Está dispuesto también a venderle armamento avanzado que no desea vender a otros compradores.
Así, pues, el factor seguridad se añade al potencial energético de Chipre para incentivar la voluntad de la UE de darle todo el apoyo que necesite. El próximo domingo, probable confirmación de tal posibilidad.