El mer­cado pone en su sitio a quienes creían que el ba­ta­cazo de Bankia iba a ser menor

El Banco de Valencia marca la ruta de Bankia desde hace meses y la Bolsa ha tardado en verlo

En oc­tubre ya es­taba claro que los mi­no­ri­ta­rios iban a su­frir una ex­pul­sión casi com­pleta

Banco de Valencia
Banco de Valencia

En el caso del ba­ta­cazo bur­sátil de Bankia y el fiasco que les es­pera a los ac­cio­nistas en las pró­ximas se­ma­nas, puede apli­carse per­fec­ta­mente la vieja frase de que "el que avisa no es trai­dor". El FROB ha dado ya va­rios to­ques en los úl­timos me­ses, en los que el Banco de Valencia ha ac­tuado como aviso a na­ve­gan­tes. Entre ambas en­ti­dades hay di­fe­ren­cias que be­ne­fi­cian a Bankia, pero a los in­ver­sores en hí­bri­dos, no a los ac­cio­nis­tas. El des­plome de Bankia en Bolsa en la úl­tima se­mana, que ha pa­sado de 4,60 a 3,37 cén­timos por tí­tulo, con una caída del 26,7%, no es más que la cons­ta­ta­ción de algo que se veía venir desde oc­tubre del pa­sado año, cuando el FROB aprobó los planes pre­li­mi­nares de in­ter­ven­ción en Bankia a través del fondo eu­ropeo de res­cate. Ya en aquel mo­mento (ver Capitalmadrid del 29 de oc­tubre de 2012) era evi­dente que la puesta en marcha de esa es­tra­tegia de re­ca­pi­ta­li­za­ción de la en­tidad con di­nero pú­blico iba a dejar a los mi­no­ri­ta­rios (los casi 400.000 ac­cio­nistas que en­traron en el ca­pital con la sa­lida a Bolsa) prác­ti­ca­mente fuera de juego.

La insistencia de las autoridades europeas en que el cumplimiento estricto de los pactos alcanzados con el Gobierno de España a través del Memorando de Entendimiento obligan a que los accionistas sean los primeros paganos de la crisis de los bancos con ayudas públicas, así como la necesidad de limpiar con recursos propios las pérdidas incurridas por Bankia confirmaron los malos presagios en la reunión que el FROB realizó el 26 de diciembre del pasado año, día inhábil en la Bolsa, pero que confirmó el mazazo que esperaba a los accionistas del banco.

Las principales conclusiones de aquella reunión (ver Capitalmadrid de 3 de enero pasado) ponían sobre la mesa ya la posibilidad de que el valor de las acciones de Bankia pudieran llegar a valer cero euros si el FROB se lo proponía. Como en paralelo había transcurrido el proceso de saneamiento del Banco de Valencia, al que la propia Bankia había dejado caer para que el FROB lo saneara y vendiera después al mejor postor, ya había pistas suficientes para saber por dónde irían los tiros. Ambas entidades tenían asignados por el FROB valores negativos, lo cual es la principal similitud. Pero mientras el Banco de Valencia estaba declarado como no viable en solitario, para Bankia sí que había y hay un plan para que sobreviva, ya que la Unión Europea le considera banco sistémico, es decir, que su caída puede arrastrar a una parte importante del sistema.

Diferencias y similitudes

¿Cómo afectan a los accionistas minoritarios estas diferencias y similitudes? El Banco de Valencia fue valorado en julio de 2012 en 2.244,5 millones de euros negativos y después, al ser considerado banco no viable en solitario, el FROB le asignó un valor liquidativo, también negativo, de 6.340,5 millones de euros. Paralelamente, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria pidió un informe a PriceWatherhouseCoopers en el que esta firma de auditoría concluyó que el valor de las participaciones preferentes emitidas por Banco de Valencia "no difiere mucho de cero". Entre medias, dentro del proceso de cargar contra recursos propios las pérdidas del banco, el FROB había hecho una operación acordeón en la que primero redujo el capital social pasando el nominal a un céntimo de euro, para hacer después una ampliación de capital en la que al poner 4.500 millones de euros, los accionistas minoritarios quedaron prácticamente borrados del mapa.

En un documento enviado a la CNMV el 31 de enero último, por cierto, escrito a bolígrafo, el FROB daba cuenta de esta ampliación de capital que se hacía mediante la emisión de 450.000 millones de acciones de un céntimo de euro cada una, hasta sumar los 4.500 millones de euros comprometidos, lo que dejaba en manos del FROB el 99,89% del capital del Banco de Valencia. Los minoritarios, que en 2011 suponían cerca del 48% del capital de banco, han pasado a controlar el 0,11% de la entidad. La comparación de las cifras no deja dudar a dudas del castigo sufrido por los accionistas de esta entidad que ahora queda integrada en CaixaBank tras la venta efectuada por el FROB de sus acciones al banco filial de La Caixa.

Bankia, por su parte, fue valorada por el FROB en diciembre último en 4.148 millones de euros. En esa misma resolución, se anunciaba para principios de 2013 "una reducción de capital en Bankia con la finalidad de restablecer el equilibrio entre el capital y el patrimonio neto o valor económico, momento en el que se convertirán en acciones ordinarias los bonos convertibles contingentes suscritos", que ascienden a 10.700 millones de euros. El FROB añadía entonces que "se salvaguardan así los principios establecidos en la ley de reestructuración y resolución de entidades de crédito, que exigen que sean los accionistas los primeros en soportar pérdidas o costes de reestructuración".

¿Cuánto valor asignará en FROB a las acciones actualmente en circulación para llevar a cabo la reducción de capital?  En las cuentas trimestrales anteriores a toda esta operación que se llevará a cabo seguramente en dos semanas, el capital de Bankia asciende a 3.986 millones de euros, a los que pueden sumarse fondos propios por reservas hasta alcanzar un patrimonio neto de 5.218 millones de euros. Pero como el FROB dice que el valor económico del banco es negativo, eso supone que si lo desea puede dejar a cero el valor de las acciones actuales y comenzar de nuevo. Eso expulsaría por completo a los accionistas minoritarios, pero si no ocurrió en el caso del Banco de Valencia, en el caso de Bankia es menos deseable, ya que su permanencia en solitario en el sistema exige que siga cotizando. Ahora bien, el valor asignado por el FROB si puede ser de un céntimo por acción, absolutamente testimonial, y que dejará a los minoritarios con una participación absolutamente diluida.

El plan de supervivencia de Bankia contempla también el canje de las participaciones preferentes y deuda subordinada en circulación para incrementar su capitalmediante conversión en acciones ordinarias de la entidad. Siguiendo con el ejemplo de Banco de Valencia, las preferentes de esta entidad van a sufrir una merma del 90% de su nominal. Es decir, que por cada cien euros invertidos en estas participaciones, solo diez serán canjeados por acciones del banco. A su vez, la deuda subordinada sufrirá una merma del 85% del nominal. Las preferentes en circulación del Banco de Valencia ascienden a 170 millones de euros, de los que se convertirán en acciones 17 millones. La deuda subordinada suma 360 millones, de los que 54 millones pasarán a ser acciones. El resto del dinero será el precio que pagarán los inversores por la quiebra del banco.

En el caso de Bankia, el banco ya ha dicho, y el FROB no lo ha desmentido, que el descuento para las preferentes será del 39%, mientras que para la deuda subordinada perpetua será del 46% y para la deuda subordinada con vencimiento alcanzará el 14%. Con ello, Bankia cumple con los requisitos mínimos exigidos por la Unión Europea a través del Memorando de Entendimiento, a la vez que se garantiza hasta 6.500 millones de euros en capital nuevo mediante el canje. A la entidad le conviene una afluencia masiva al canje de los poseedores de estos instrumentos híbridos y no hay que olvidar que cuanto menor sea el precio de las acciones a entregarles a cambio mayor seguridad hay de que acudan, ya que la recuperación de la parte de la inversión que ahora pierden será más rápida y sencilla en cuanto el banco comience a dar beneficios y eso se note en la cotización.

Y mientras llega el momento de la verdad, que será en los primeros días de marzo (Bankia presentará resultados el 28 de febrero), merece la pena tener en cuenta otra variable bursátil. La pasada semana, por ejemplo, contra todo pronóstico, Bankia sumó dos días consecutivos de subidas (un 9,13% el lunes y un 4,58% el martes, para iniciar la caída el miércoles. Estos ascensos tuvieron que ver, según fuentes consultadas por Capitalmadrid, con la entrada de operaciones de inversores a corto, que ante la proximidad de la valoración final de las acciones del banco por parte del FROB, se frotan las manos viendo lo que pueden ganar apostando a precios más bajos de los que marca la cotización actual de la entidad.

Para las próximas jornadas, sin embargo, esta entrada, que es posible que se siga produciendo, es previsible que lo haga a precios inferiores, ya que desde hace meses los jugadores a corto no daban como probables valoraciones de Bankia para la reducción de capital que hará el FROB por encima de los diez o veinte céntimos por título como máximo y ahora cotizan a poco más 33 céntimos. Ello dará al traste muy probablemente con la posibilidad de nuevas subidas de Bankia en los próximos días y los minoritarios tendrán que esperar para ver en cuánto queda su apuesta por el

 

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