Según explica un bolsita, este relanzamiento de la cotización se inició con la compra de 10 millones de acciones por parte de Morgan Stanley, lo que en aquellos momentos supuso un desembolso de unos 100.000 euros, una adquisición que atrajo una importante corriente de compras, pues hizo que muchos inversores se fijaran en el valor y a raíz de ahí se ha desatado esta subida.
Gracias a ella, muchos gestores se han dado cuenta de que algunos títulos del sector están excesivamente infravalorados y que, en la actualidad, hay dinero extranjero planeando sobre estas empresas y dispuesto a entrar, aunque no de forma indiscriminada, sino en valores con posibilidades pues, desgraciadamente, entre las inmobiliarias españolas todavía hay muchas en las que la relación pasivo/activo está lejos de uno, lo que explica que se haya iniciado el desguace de muchos grupos (Realia, Metrovacesa, Gecina, etc.)