Eso lo dijo el día de la inauguración a la que asistió el príncipe. Al día siguiente, ante los micrófonos de Onda Cero y con Carlos Herrera oficiando de preguntador invitado y maestro de ceremonias, se explayó por si alguien no le había entendido el día anterior y no dejó títere con cabeza en el lado de la solar, tema preferido y que suele tratar con frecuencia con su oratoria divulgadora y didáctica que le es sobradamente reconocida.
Y como buen pedagogo que es, no en vano es doctor Honoris Causa por distintas universidades y sabe del valor de repetir los argumentos, arremetió contra el sol como fuente de energía y dejó perlas a diestro y siniestro, a cada cual más atinada y precisa.
Lo suyo fue un recordatorio ilustrado: Recordó que las termosolares y fotovoltaicas cuestan unos 5.000 millones de euros (en subvenciones) al año, aunque solo producen un 5 % de la energía, una aportación sin la que "el sistema puede funcionar y nos ahorraríamos 5.000 millones"; recordó que las termosolares han intentado mantener rentabilidades de cerca del 60% con un apalancamiento desmesurado y además contaminar; recordó que Iberdrola había recibido subvenciones en Estados Unidos por valor de 1.500 millones de dólares, pero que éstas procedían de los presupuestos del estado y no del recibo de la luz de los consumidores y recordó cómo, en un momento determinado, negoció con la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, paralizar la generación de ciertas plantas de Iberdrola en Brasil cuando existía un exceso de producción, en clara advertencia al gobierno español de todo lo que se puede hacer en materia energética cuando se tienen las ideas claras.
La denuncia de Sánchez Galán sobre el tratamiento de ayudas que reciben sectores de energía renovables como la fotovoltaica y la termosolar viene de antiguo y se ha convertido en el fustigador por antonomasia de las compañías generadoras de electricidad que usan tecnologías muy inmaduras y muy costosas para los ciudadanos.
La entrevista de Sanchez Galán con Herrera cabe enmarcarla en la política común emprendida recientemente por las principales compañías energéticas europeas reclamando tarifas justas que recojan todos sus costes y que no financien otras políticas. El sector energético, según estas compañías, viene sufriendo "los vaivenes de las políticas comunitarias" y, en concreto, "el cambio de las reglas de juego a mitad del partido por razones políticas cortoplacistas". Un cambio de las reglas del juego que las compañías vinculan directamente con la cambiante regulación en algunos países (entre ellos España) de las energías renovables.
Pero los receptores de las invectivas del presidente de la mayor empresa eléctrica española no se callan y contraatacan acusando a Sánchez Galán de no conseguir enderezar la situación de su compañía que continúa con una deuda neta de más de 28.800 millones de euros al término del primer semestre del presente año, cifra que aunque no incluya los más de 2.100 millones pendientes de cobro del déficit de tarifa, hace que su deuda sea casi seis veces superior a su EBITDA (4.051,0 millones €), algo que ya en su momento le mereció a Iberdrola el "título" de ser una de las utilities más apalancadas de Europa y críticas serias de la prensa internacional al poner de manifiesto, en aquel momento, que su deuda neta era cuatro veces su Ebitda, algo que consiguió poner a todas las agencias de calificación apuntando en la misma dirección y poner en duda algunas fuertes inversiones realizadas por Iberdola en el exterior.
**Carlos Díaz-Güell es editor de www.tendenciasdeldinero.com, una publicación on line de distribución restringida. **