Gates desata la euforia del Gobierno  tras su inversión en FCC

La in­ver­sión de­nota el cambio en la per­cep­ción de España en el ex­te­rior

El anuncio de la en­trada de uno de los hom­bres más ricos del mundo en FCC, el mul­ti­mi­llo­nario Bill Gates, ha desatado la eu­foria de las opi­niones sobre una even­tual re­cu­pe­ra­ción de la con­fianza en España. En cam­bio, un his­tó­rico del Banesto de toda la vida, de la época de los Garnica, muy vin­cu­lado con la gran banca nor­te­ame­ri­cana, re­co­men­daba mo­de­ra­ción. Los pro­blemas más graves de la eco­nomía es­pañola, como son el al­tí­simo nivel de des­em­pleo, el cre­ci­miento cons­tante de la deuda, la falta de cre­ci­miento para ge­nerar puestos de tra­bajo, la au­sencia de em­presas in­no­va­do­ras, y la in­cer­ti­dumbre sobre el fu­turo de las pen­siones si­guen sin re­sol­verse.

Esta misma fuente recordaba la sentencia de Oliver Goldsmith según la cual, mal le va al país, presa de inminentes males cuando la riqueza se acumula y los hombres decaen. Así que a la espera de otras grandes inversiones, quien más se ha mostrado satisfecho ha sido el Ejecutivo. La entrada del fundador de Microsoft en el grupo FCC la percibe el Gobierno, y así la quiere utilizar como muestra del extraordinario cambio que se ha producido de la percepción de España en el mundo.

La ministra de Fomento, Ana Pastor, considera que la decisión de Gates pone de manifiesto que España y el Gobierno han hecho los deberes y la confianza se está recuperando. En cuanto a su colega el ministro de Industria, José Manuel Soria, percibe la existencia de mayor confianza y credibilidad en la economía española. El más eufórico al manifestarse ha sido este martes el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, para quien la operación pone a España en el foco de inversión en todos los mercados del mundo.

Es cierto que en los diarios del mundo anglosajón los países ahora que preocupan son otros. Francia, el Reino Unido, lo que puedan decidir los holandeses. Pero España es otra cosa. Gates ha entrado en el capital de la compañía sin buscar un puesto en el consejo y sin pretensión de intervenir en la gestión, pero su inversión pretende ser estable.

Según el consejero delegado de FCC, el interés de Gates se inició a partir de la presentación que han hecho de la sociedad antes del verano. Para los asesores de Gates, el interés por FCC se ha despertado a partir de su presencia en el negocio del agua y de los servicios medioambientales, menos golpeados la crisis desatada en España a partir de la explosión de la burbuja inmobiliaria.

Pese a la inversión prevista por Bill Gates, FCC va a seguir adelante con su plan de reestructuración de la plantilla y la aplicación del plan estratégico diseñado hasta 2015 que se resumen en un redimensionamiento de la sociedad, que se resume en reducción de puestos de trabajo y ventas de los activos no estratégicos. Resulta lógico que la euforia, sobre todo, proceda del Gobierno.  

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