En Chile su banco central no para de comprar dólares, dentro de sus posibilidades, para evitar la apreciación de su moneda. El BID y el FMI están de su parte e incluso apoyarían medidas más contundentes. Brasil pretende evitar que los países desarrollados inviertan en dólares en su país su exceso de liquidez, lo que ha supuesto una excesiva apreciación su moneda, el real, de forma significativa frente al dólar. En lo que va de año se ha revalorizado el 8%.
La consecuencia directa es que se encarece la vida de los ciudadanos, ha hecho menos competitiva a su industria y sus exportaciones son más caras, lo que frena el crecimiento económico del país. El hecho de que los tipos de interés en EEUU y en Europa estén cercanos a cero provoca de forma directa la entrada de capitales de los países desarrollados en los emergentes al ser sus tipos de interés claramente más elevados, en especial los brasileños que están en el 10,5%.
Según datos de CEPAL Brasil cerró el 2011 con un récord histórico de 65.000 millones de dólares en flujos de inversión, se sospecha que de ellos, 54.000 provienen de capital extranjero. Y la situación no es muy distinta en países como Perú, Chile o Colombia. En lo que va del año, el gobierno de Perú ha comprado 3.815 millones de dólares para frenar la revalorización del sol. También Colombia se ha visto obligada a tomar medidas ya que su moneda, el peso, se ha apreciado un 9% en lo que va de año.
Chile también ha estado comprando importantes cantidades de dólares durante el año 2011 y deberá volver a hacerlo ante la revalorización del peso en un 7% en lo que va de año.
Hasta ahora, el Fondo Monetario internacional era reacio a que los países emergentes tomaran medidas para frenar el avance del dólar. Sin embargo en un estudio reciente, titulado "dos objetivos, dos instrumentos: políticas monetarias y de cambio en las economías emergentes", economistas del organismo consideran que deben tratar de influir en su tipo de cambio para luchar contra la especulación.
Los estatutos del FMI prohíben expresamente a sus 187 miembros "manipular las tasas de cambio o el sistema monetario internacional para impedir el ajuste efectivo de las balanzas de pagos o para asegurarse ventajas competitivas desiguales respecto a otros Estados miembros". Sin embargo, ahora reconocen que debe hacerse si es en defensa propia.
**Telefónica, BBVA o Santander pueden verse afectadas **
Las empresas españolas con fuerte presencia en los países emergentes pueden verse afectadas por estos vaivenes cambiarios, si bien es cierto que destinan cantidades relevantes a los seguros de cambio. Por ejemplo, el 54% de los beneficios del Banco Santander se obtienen de Brasil, México, Chile, Argentina y Polonia.
En concreto Brasil es la unidad que más aporta a la cuenta de resultados del grupo con 2.610 millones de euros, un 28% del total. En 2011 el beneficio atribuido cayó un 7%. En el caso del BBVA el 65% de su beneficio se apoya en los países emergentes. Un 51% proviene de América del Sur y México. Y la fortaleza del dólar frente a las monedas locales puede influir de forma muy directa en el comportamiento de estas economías y en consecuencia en los resultados de las entidades financieras.
Telefónica Latinoamérica es el principal contribuidor a la expansión de accesos de Telefónica, con un crecimiento interanual orgánico de accesos del 10%. Latinoamérica representa para la compañía el 47% de los ingresos consolidados, manteniéndose como motor de crecimiento. Según destacó el presidente de Telefónica, Cesar Alierta, en la presentación de las cuentas del 2011 la empresa ha fortalecido su liderazgo en Brasil convirtiéndose en su "principal fuente de crecimiento y con un potencial de futuro brillante".
Expertos financieros españoles especializados en el análisis de los ciclos de la economía e Iberoamérica alertan sobre la situación. Recuerdan que en épocas pasadas todavía recientes, una parte muy importante de los desequilibrios, y las crisis subsiguientes en la región, se han desencadenado por los desajustes rápidos en la revalorización de las monedas. Estas no se correspondían con el reflejo debido a la mejora de la competitividad interna de los países sino por las inversiones masivas para hacerse con los medios de producción del país. Brasil no quiere que esto vuelva a suceder.