Explican que los resultados se han visto impulsados por aumentar los activos en explotación en el cuarto trimestre (obras concluidas y adquisiciones), así como por la eficiencia de la política de ahorro de costes. En definitiva, los ingresos no regulados crecieron con fuerza y desbordaron las previsiones barajadas por el consenso de los analistas.
La consolidación de la planta de Altamira desde septiembre y la de Gaviota durante todo el año justifican que el incremento interanual de los ingresos totales haya representado un 15,4%. El Ebitda crece un 13,4% hasta 885,5 millones de euros y el beneficio neto un 9,3% hasta 364,6 millones, lo que representa un fuerte aumento sobre el objetivo establecido para 2011 por los gestores de la compañía, que suponía que el beneficio después de impuestos creciera en torno a un 5%. El mayor incremento que se aprecia en el resultado bruto de explotación frente beneficio neto es el reflejo del encarecimiento registrado en el coste medio de la deuda, que se ha incrementado en el tramo final del año hasta un 2,82%, desde el 2,68% de los primeros nueve meses del año 2011. En cualquier caso, el coste de la deuda fue inferior al 3,3% presupuestado a comienzos de año.
En cuanto a las inversiones, estuvieron en la línea esperada, ya que se cifraron en 781 millones, frente a 796 millones en el año 2010. El endeudamiento del grupo se incrementó en el ejercicio en 268 millones de euros, ya que pasó de 3.175 al cierre de 2010 a 3.443 millones, si bien en este importe se incluyen ya Altamira y Gaviota. No obstante, la relación deuda neta/Ebitda ha caído desde 4,1 veces en 2010 hasta 3,9 veces. La previsión para 2012 es que los gastos operativos sigan creciendo por debajo de los ingresos operativos y que el Ebitda se incremente en torno a un 8%, con un dividendo estimado para el año que habrá crecido en un 22% sobre el objetivo reflejado en el plan estratégico.